Hartos de robos se arman contra ladrones en Huauchinango

Huauchinango, Pue.- Armados con palos y machetes,  colonos de Santa Catarina, en el suroccidente de la cabecera municipal de Huauchinango, empezaron a patrullar sus calles y avenidas para ganarle la vía pública a los delincuentes que ya no respetan ni la luz del día, ni a la ley: “porque más tardan en agarrarlos, que el Ministerio Público en soltarlos”.

Amenazan comerciantes de Tehuacán con golpear a ladronesEjecutan a hombre en camino a Piedras EncimadasLo atropellan y destrozan en autopista Puebla-OrizabaEn esa colonia, señalada por algunos como residencia de algunos grupos delincuenciales, se vive una situación crítica en materia de seguridad. Aunque sus pobladores reconocen que no es nueva, cada día se hace más grave, en tanto que en la Secretaría de Seguridad Pública local, a la que acudieron este día, les dijeron que van a actuar, pero que “hay que seguir los protocolos”. 

Quienes sí han rebasado las formas, cuentan, son los delincuentes: el martes, por ejemplo, a las cinco o cinco y media de la tarde, asaltaron a mano armada un negocio y cargaron hasta con los aparatos que le servían al propietario en su trabajo. Todos los días hay por lo menos un robo en la colonia, acotaron.

Hace unos días se introdujeron en la vivienda de un profesor, mientras él, su esposa y sus cuatro pequeñas hijas dormían. “Por fortuna no nos dimos cuenta. Nadie se movió. Se llevaron todo. Pero, imagínese si alguien se despierta y los encuentra. No quiero pensar en lo que hubiera pasado”, dice en entrevista luego de que se reunieran en el marco de las audiencias del miércoles ciudadano con el titular de la SPP, José Ramón Herrera Zacatenco.

Además, a cualquier hora, indican, puede verse en la vía pública grupos de jóvenes consumiendo drogas. En cambio, sus familias tienen que estar encerradas porque en las “calles ya no se puede andar en paz”.

Lo anterior y el hecho de que los recursos municipales para la seguridad pública son insuficientes, los obligó a organizarse: “los policías a veces dan uno o dos rondines en todo el día y los amantes de lo ajeno pues ya tienen hasta medida la situación. Nosotros no estamos cuestionando por qué no se hace, pero sí tomamos la iniciativa para enfrentar esta situación”.

Los colonos explicaron que desde el domingo pasado empezaron a formar grupos vigilantes, ya tiene algunas estrategias como la de “hacer rondines en la noche, pero sólo llevamos palos y machetes.”.

Como dato curioso, relataron que esa misma madrugada llegó al lugar donde se habían colocado, una patrulla de la Policía Municipal. “El oficial a cargo nos dijo que habían recibido el reporte de que había gente armada. Le explicamos qué es lo que hacíamos y le pedimos que diera una vuelta con nosotros. Nos dijo que no era su sector. Le pedimos que llamara a la patrulla que sí le tocara. Nunca apareció otro vehículo oficial”

Reconocieron que lamentan estar en esa situación, porque se sienten impotentes ante la delincuencia. “No estamos ni siquiera preparados. Ni siquiera organizados. Pero si vemos a algún delincuente ya nos pusimos de acuerdo en cómo actuar. Si vemos que la policía no llega. Aquí, desgraciadamente nos dijeron que hay que respetar los protocolos, pero nosotros estamos viendo que no funcionan. Así que tenemos que actuar como vecinos y frenar a la delincuencia”.

“Ciertamente –se cuestionaron-, cómo es posible que en una colonia donde hay mil o dos mil vecinos, 10 nos estén aterrando. Tenemos que enfrentarlos de manera personal y como grupo. No venimos a bloquear el trabajo de la presidencia pero sí nos organizamos”.

“Ya estamos cansados de la violencia y por miedo a represalias no denunciamos, pero nos lo estamos quitando”.

Los vecinos indicaron que será el próximo domingo cuando personal de seguridad pública acuda a la colonia. “Ellos nos están sugiriendo que se respete el protocolo, pero lo haremos si las cosas no llegan a mayores. Si vemos el respaldo y es puntual el apoyo”, reflexionaron. 

Además hicieron un llamado a los vecinos de otras colonias, porque sabemos que “ya nadie está seguro aquí en Huauchinango”, consideraron.

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