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Jueves, 25 de Abril de 2024

Encaran a Almeida y le exigen justicia por policías asesinados en Huauchinango

Este jueves se llevó a cabo un homenaje póstumo a los tres uniformados que fueron atacados por un comando cuando trasladaban dinero de Prospera.
Jueves, 6 de Octubre de 2016 13:02

Huauchinango, Pue.- Quiero justicia para mi niño, reclamó a Jesús Rodríguez Almeida el secretario de Seguridad Pública del estado, una enlutada y sollozante mujer mientras se aferraba a la fotografía del joven rostro de uno de los tres policías auxiliares acribillados el martes pasado durante un asalto en el acceso oriente a Huauchinango. 

Comando mata a 3 policías auxiliares durante asalto en HuauchinangoEncuentran ejecutados, calcinados y hasta una osamenta en PueblaSin referirse al clima de inseguridad y violencia que se vive en la Sierra Norte del estado de Puebla, Rodríguez Almeida encabezó un homenaje póstumo a los oficiales que murieron luego de que un comando de hombres que portaban armas largas les dispararan en el bulevar Betancourt, mientras apretujados en una compacta patrulla, trasladaban el dinero para el pago de los beneficiarios del programa federal Prospera en la junta auxiliar de Atequexquitla en Xicotepec, junto con un empleado de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).

El encargado de proteger a los habitantes de la entidad, se negó a hacer declaraciones a los medios de comunicación alegando que únicamente había asistido a la ceremonia, tras el reclamo de familiares de los uniformados que le pidieron que su ofrecimiento de que habrá justicia y castigo a los culpables, no se quedara sólo en palabras.

Desde temprano, la plaza cívica del Palacio Municipal de Huauchinango se llenó de hombres y mujeres con uniforme azul marino y vivos blancos que asistieron al último pase de lista a sus compañeros Maximino Montes Cortés, de 30 años, originario de Zihuateutla, Puebla; Narciso Hernández Gaspar, de 44 años nacido en Tihuatlán, Veracruz y Bernardo Ramírez del Ángel de 27 años de edad de Huauchinango.

Una guardia de las autoridades precedió al fuerte y estremecedor grito de “presente” y entre nombre y nombre, seis policías dispararon una salva de escopeta. Luego a los familiares les entregaron la bandera nacional con la que estaban cubiertos los brillantes féretros color caoba.

Luego vino una reseña de la hoja de vida de los policías asesinados, llena de números: se mencionó su fecha de nacimiento, su número de placa, los años de servicio en la corporación, se les olvidó decir que eran “tres seres humanos. Tres padres. Tres hermanos. Tres vecinos” que murieron en el cumplimiento de su trabajo. Que ahí en la plaza estaban sus padres, sus hijos, sus viudas, esperando respuestas.

A Jesús Rodríguez Almeida sólo se le escuchó la voz cuando antes de la ceremonia se acercó a los familiares de los uniformados que, llorando reclamaron justicia. Le dijeron que los policías victimados tenían hijos chiquitos: “Vamos a estar pendientes –les dijo el secretario-. Cuenten con todo nuestro compromiso para hacerlo. Ya lo verá”, aseguró y desde atrás de los deudos le espetaron: “que no sólo quede en palabras”.

En el acto protocolario tomó la palabra y pidió a los familiares “tener pronta resignación y consuelo” y volvió a ofrecer que el “artero ataque y crimen contra los policías auxiliares asignados a Bansefi, no quedará impune… se hará todo para dar con los responsables y llevarlos ante la justicia”. También se comprometió a otorgar apoyo y solidaridad a las familias de los caídos y agilizar los trámites para que reciban “los beneficios que conforme a la ley les corresponde”.

El ataque exige trabajar sin bajar los brazos, ni claudicar y continuar abatir el delito, se le oyó decir a Rodríguez Almeida, mientras en la región, además de los policías, esta semana han sido ejecutados dos taxistas: uno en Jalpan y otro en Tlaola; y desde hace un mes tres personas fueron desaparecidas en Xicotepec. Amén de los asaltos y robos de ganado que siguen al alza.

Por eso se imponía la palabra. Escuchar la versión del encargado de la Seguridad Pública y Protección Ciudadana en el estado, pero el secretario calló, aunque antes había ofrecido responder al cuestionamiento de los medios. Se limitó a preguntar a su comunicadora social: “¿Va a haber chacaleo?”, refiriéndose al trabajo de los periodistas, ella contestó que no.

Rodríguez Almeida guardó silencio y se fue apresurado a la oficina del  presidente municipal de Huauchinango Gabriel Alvarado Lorenzo, de donde salió por la puerta de atrás; y detrás de él la comitiva de sus funcionarios que, eso sí, trajeron muchas coronas a los familiares de los gendarmes abatidos.

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