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Viernes, 29 de Marzo de 2024

Con riesgo de nuevo deslave buscan a desaparecidos en la México-Tuxpan

Hasta ahora la empresa ICA y AUNETI, que están a cargo de la supercarretera, no se han acercado a las familias de los afectados para ofrecer ayuda.
Miércoles, 21 de Diciembre de 2016 18:17

Huauchinango, Pue.- Ante el riesgo de nuevos deslaves, un taponamiento de lodo y piedras han convertido en “una bomba de tiempo” a la alcantarilla de la autopista México-Tuxpan ubicada a la altura de Patoltecoya donde desde la tarde del lunes pasado policías, familiares y rescatistas buscan a dos jóvenes obreros que fueron cubiertos por un alud mientras trabajaban en su desazolve.

Crónica: Solo con cubetas buscan a desaparecidos por deslave en Sierra NorteMantienen búsqueda de 2 hombres sepultados por alud en la México-TuxpanVersiones de algunos sobrevivientes apuntan a que el accidente suscitado hace más de 36 horas fue resultado de la negligencia de la empresa Ingenieros Civiles Asociados (ICA) y de su filial AUNETI, concesionaria de la supercarretera, debido a la falta de coordinación entre las cuadrillas de trabajadores que desazolvaban un dren de más de 100 metros de longitud que desemboca en la presa de Necaxa.

Sin embargo, pese a que en el evento murió una persona y siete más resultaron lesionadas, ningún representante del corporativo o de su subsidiaria AUNETI -concesionaria de la vía -, se ha presentado al lugar y, mucho menos, ha dado apoyo para las labores de rescate.

En tanto, poco después de las 19:00 horas del martes -27 horas después del derrumbe- , arribó al sitio el delegado estatal de Protección Civil con sede en Zacatlán, junto con una motobomba del servicio de agua potable de esa demarcación que permitió que este miércoles vaciaran la poza de lodo que se formó durante el derrumbe al pie de la pedrera, donde se tenía la esperanza que estuvieran Aldaír Peralta Pérez, de 20 años y Jesús Antonio Tolentino Cruz de 21, los jóvenes que siguen desaparecidos.

El riesgo

Mientras siete decenas de personas cortan árboles y ramas, y una máquina 320 busca llegar al dren que atraviesa el terreno de la vieja y sobreexplotada pedrera ubicada a la orilla de la carretera federal México-Tuxpan, un policía del municipio de Venustiano Carranza “monitorea” el estado de la alcantarilla que sigue tapada por lodo y rocas de diversos tamaños en la parte alta del cerro.

El riesgo de un nuevo deslave es una amenaza certera, porque al fondo de la ladera siguen los escurrimientos por el insuficiente dren que recibe el agua desde diversos puntos de la autopista México-Tuxpan.  Las ruinas de un viejo restaurante que funcionó en ese lugar están rodeadas por parte de la tierra y las piedras que cayeron la tarde del lunes y arrastraron a los obreros.

Al fondo la fuerza y la constancia de la caída de agua ya cuarteó el muro que sostiene la cavidad de unos dos metros de diámetro de la alcantarilla que está taponeada en algún punto de sus cerca de 50 metros de caída a plomo hasta el terreno donde la gente busca a sus familiares, sin ninguna medida de protección, lo que aumenta la inseguridad del sitio, pero insisten en que no se irán hasta encontrarlos.

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