Obras fantasmas y robo de material en la reconstrucción de Huauchinango por paso de Earl

Huauchinango, Pue.- La supuesta instalación de una red de agua potable y el rescate con mala calidad de una carretera, además de trabajos sin concluir, son parte de la reconstrucción de Huauchinango tras el paso de la tormenta tropical Earl.

Protestan por falta de alumbrado público en MorillotlaAmagan con bloquear Recta a Cholula por falta de alumbrado públicoEn Papatlata, comunidad de esa demarcación, nunca han tenido red de agua potable, dice el presidente auxiliar Raúl de la Cruz Dolores, sin embargo entre los trabajos que se dieron por concluidos al 100 por ciento y fueron enlistados por el FONDEN, está la rehabilitación de esa supuesta estructura de mil 150 metros con tubos de PVC.

Aquí, reitera, nunca han tenido “agua potable” y los pobladores se abastecen del manantial Xicacugtitla y cada familia se las arregla para hacer llegar el vital líquido a su vivienda con mangueras que cuelgan o cruzan por las calles de la comunidad. A unos les llega por gravedad y otros por bombeo.

Tras el desastre, admiten por su parte los pobladores, llegaron tres albañiles y siete peones que trabajaron durante cinco semanas y media en el cambio de 30 tubos de seis metros de longitud y dos pulgadas y media de diámetro cada uno –un total de 180 metros de largo- que habían sido arrastrados por las lluvias en pleno cerro y que bajan a los barrios de Icutlapa y Yiquimitl.  También colocaron tres válvulas y le dieron “unos brochazos” con sellador blanco al tanque de captación de agua.

Además les llevaron una bomba de 20 caballos de fuerza, de mayor capacidad que la que tienen, pero no la han podido usar, porque el transformador de energía eléctrica que hay en el poblado, no soporta la carga, así que mejor la guardaron y siguen usando un viejo motor al que se le dio mantenimiento con un costo de 16 mil pesos.

En Papatlatla hay tres comités de agua. Clemente Flores, quien preside uno de ellos, explicó que entre el manantial y el tanque hay 271 metros de distancia y abastece también a algunos pobladores de Papatlazoco, Las Colonias, Xaltepec y Tlalmaya

El contratista de la obra se llama Isidro Vega, aseguró, quien les dijo que la tierra de un cafetal sólo había arrastrado una parte de la tubería y que la demás estaba en buenas condiciones y no había necesidad de cambiarla. “Hasta me dijeron que había llegado tarde a reportar los daños, pero aun así nos iban a ayudar para que la gente no se quede sin agua”.

Así que  “sólo cambiaron 30 tubos, trajeron la bomba que no hemos podido usar porque no aguanta la luz y aunque traían más material, se lo llevaron y no sabemos si lo regresaron o se los quedó el contratista”, añadió.

Mientras en Papatlazolco y Xaltepec, donde se rehabilitarían, según FONDEN, 400 y 900 metros de tubería de agua “potable”, respectivamente, los trabajos que empezaron en octubre no han sido concluidos y aún hay varias familias que carecen del vital líquido.

Parches de asfalto

Otras de las obras incluidas en la reconstrucción tras el desastre causado por Earl son la reconstrucción de 15.55 kilómetros de las carreteras Michiuca-Huilacapixtla Naupan; y Naupan-Tlaxpanaloya-Chachahuantla-Tejocotal, con una longitud de 13.00 kilómetros, que aún antes de la tormenta registraban severos daños.

Aunque los trabajos ya iniciaron, pobladores se quejaron de su mala calidad, lo que ha obligado a que las cuadrillas de obreros estén cubriendo con parches algunos baches abiertos en el asfalto recién colocado en el  camino que conecta a Naupan con la carretera México-Tuxpan.

Los daños a la obra que no está terminada, se deben a que sólo se le está poniendo a la carretera una capa delgada de gravilla con chapopote.

Mientras que la carretera que el tramo que va de Huauchinango a Naupan presenta hundimientos que aunque están siendo reparados, pueden volverse a producir, no sólo por las fallas del terreno, sino porque -según los pobladores- no se están haciendo cunetas ni alcantarillas.

El paso de Earl

Hace casi seis meses, cinco horas de lluvia a cántaros dejaron miles de damnificados en la Sierra Norte de Puebla. La gente y las autoridades se conmocionaron: llegaron toneladas de alimentos, de ropa, tarjetas para la compra de enseres domésticos en Elektra y un programa de empleo temporal para la limpieza de las viviendas. Fueron pequeños paliativos para el tamaño de los daños que sufrieron cientos de personas que se quedaron sin techo y siguen viviendo con familiares.

Los municipios más afectados fueron Huauchinango, Tlaola y Naupan; en menor medida Xicotepec y Pahuatlan. Se evaluaron los daños de mil 50 casas de las que más de 700 deben reubicarse, los de nueve escuelas que quedaron destruidas, de dos puentes, de 29 caminos y de 13 sistemas de alcantarillado y agua potable en 29 municipios de Puebla declarados como zona de desastre por la propia Secretaría de Gobernación Federal.

Aunque el gobierno de Enrique Peña Nieto destinó 1 mil 263.7 millones de pesos del Fondo Nacional de Desastres Naturales para la reconstrucción que no han sido liberados, el gobierno del estado reparó algunos sistemas de drenaje y agua potable y la SCT algunos caminos.

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