El derrame de combustible ocasionado por el robo en ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex) contaminó el subsuelo y los mantos acuíferos de la junta auxiliar de Santa María Actipan, en Acatzingo.
Repuntan tomas clandestinas de combustible en julio: PemexCombustible robado en Puebla llega a 3 millones 832 mil litrosProductores de la Sociedad de Riego Dos Barrancas y El Porvenir aceptaron que el agua que usaban para regar las hortalizas lleva combustible, por lo que el caso fue hecho del conocimiento de los gobiernos estatal y federal.
Ante la situación, los agricultores optaron por utilizar agua de temporal, con todas las complicaciones que ello acarrea.
El problema es tan grave que el vital líquido es flamable, lo que quedó demostrado el pasado 26 de agosto, cuando en el ejido de Los Chopos, una hectárea de cultivo de col terminó envuelta en llamas, en momentos en que era regada. El fuego dejó 3 personas con quemaduras.
Los agricultores mostraron como el agua sacada del pozo y que es almacenada por más de tres días muestra una sustancia amarilla, misma que se enciende al ser expuesta al fuego.
La Sociedad de Riego Dos Barrancas y El Porvenir está integrada por 20 personas que utilizan 114 mil metros cúbicos de agua para 46 hectáreas de hortalizas, maíz y alfalfa.
Fue en el mes de marzo cuando la contaminación inició tras el incendio de una toma clandestina de combustible en el kilómetro 174 de la autopista Puebla-Orizaba.
Aunque el siniestro fue atendido por Bomberos, Protección Civil Estatal y Pemex, días después el aroma del hidrocarburo comenzó a llenar el ambiente, entonces supieron que salía del pozo de agua.
Economía en riesgo
En Santa María Actipan la principal actividad económica es la agricultura. Sus productos más importantes son el cilantro, col, coliflor, brócoli, ajo, cebolla, poro, alfalfa, maíz, frijol, perejil, flor de estate, lechuga china y romana, jitomate, cebolla cambray y redonda, además del betabel.
En este momento los alimentos son regados con agua de temporal. Y es que los campesinos no quieren perder los 70 y hasta 80 mil pesos que cuesta cada hectárea sembrada.
Sin embargo mantienen la preocupación de las afectaciones, por lo que pidieron a autoridades estatales y federales que investiguen la situación para solucionarla.
Hasta el momento solo Pemex ha hecho pruebas al agua del pozo, pero no les ha dado los resultados.
Los campesinos temen que sus tierras se encuentren contaminadas, lo que implicaría dejarlas de trabajar durante 3 años, además de una gran inversión para fertilizantes y abonos que ayuden a su rescate.
Sus productos son vendidos en la Central de Abasto de Huixcolotla, unos de los tres principales centros de distribución de hortalizas en el estado de Puebla, por lo que de ahí parten a la región y a otros estados del país.
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