*
Jueves, 28 de Marzo de 2024

Adiós, amigo Mauro

Fue periodista y comunicador de los ex gobernadores Guillermo Jiménez y Melquiades Morales
Miércoles, 18 de Septiembre de 2019 18:26
|
Xavier Gutiérrez

Hoy murió Mauro González, periodista apasionado, amigo de oro.

El periodista Mauro González, descansa en pazEn este viaje por la vida nos tocó compartir el asiento muchos años.

Era, como tantos en el oficio, autodidacta de formación.

Empezó publicando una pequeña revista sobre automovilismo, “Radar” se llamaba.

Al mismo tiempo incursionó en la redacción de “El Heraldo de México en Puebla”, hasta llegar a director.

Después estuvo en otros medios: “La Opinión”, “Momento”, director de comunicación de los gobernadores Guillermo Jiménez Morales y Melquiades Morales.

Pero, más allá de datos curriculares, fue un hombre que gozó con el bien hacer a los demás, ayudaba a todo el que se le acercaba, y la ayuda era de todo tipo, hasta sacar el dinero del bolsillo y dar lo que, por cierto, tampoco abundaba.

Esto último le daba un valor supremo a su forma de tender la mano.

Tenía cientos de amigos por todos lados y de todas las condiciones sociales. Jamás apegado a lo material, no lo movía la fortuna sino el gusto por la vida.

Mucho tiempo jugó basquetbol, creaba y patrocinaba equipos y era un excelente jugador.

Este medio le sirvió también para multiplicar amistades, que sumaban legiones.

Tuve el orgullo de convivir con él infinidad de veces, en todos los sitios imaginables.

Amigo a carta cabal, compartía todo. Jamás un asomo de celo o envidia, generoso al extremo.

Gozaba promoviendo artistas principiantes, deportistas noveles, actores o periodistas en embrión, toreros, pintores, políticos, a todo mundo le tendía la mano sin una segunda intención.

Y más de una vez le mordieron la mano, después de hacer favores. Pero no era hombre de rencores o resentimientos.

Su manera de vivir siempre fue sencilla y abierta. Siempre tuvo en su casa un café, un alimento o una copa para quien era su amigo.

Junto con todo esto poseía un carácter alegre, bullanguero, bromista. Juntos compartimos  mil tareas periodísticas o profesionales en el sector público.

Y, he de confesarlo, juntos compartimos el relajo, bromas y la copa en largas jornadas de dominó.

 

Nuestra camaredería nos hermanó en el trabajo y tuvo rasgos, también, de una inolvidable complicidad en el disfrute de todo lo que la vida nos puso enfrente.

Era hombre serio, desde luego. Pero cuando sacaba la otra parte de su personalidad era un hombre con un sentido del humor extraordinario: la frase chusca, el apodo ingenioso, la broma tremenda, la risa contagiosa, la carcajada gozoza.

Con toda seguridad puedo decir que fue un hombre muy feliz, inmensamente feliz.

Irradiaba y compartía  esa alegría de vivir todo el tiempo.

Mauro supo vivir la vida, y tuvo la generosidad de invitarnos aquí, al banquete de su existencia.

¡Adiós AMIGO…!

 

[email protected]

aj/clh

Vistas: 2570