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Jueves, 28 de Marzo de 2024

Peso muerto

Pemex no es la panacea o la creación de riqueza que supone el macuspano
Viernes, 30 de Julio de 2021 06:59
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Municipios Puebla

Pemex es peso muerto. Lo saben los expertos nacionales y los extranjeros. Lo perciben los distintos agentes financieros y lo intuye el público en general. Todos menos Octavio Romero Oropeza, su director, y algunos de los cuatroteros. O quizá buscan no admitir a sí mismos que se han convertido en los más recientes culpables de la debacle de la otrora poderosa petrolera.

La secreta junta en que AMLO increpó a López-GatellOMS alerta por cuarta ola de Covid19Hoy Petróleos Mexicanos es la empresa de esa industria más endeudada del mundo; 115 mil millones de dólares, monto que se incrementa a un ritmo escalofriante. Tan solo en el último trimestre su deuda creció en 1,173 millones de dólares y eso que el gobierno mexicano había prometido no poner dinero bueno sobre el malo. No se puede culpar al tipo de cambio; este incluso bajó en el tiempo señalado.

Es contra ese tamaño de deuda y el ritmo vertiginoso de crecimiento de esta que se encienden todas las luces de alarma. Estamos ante una empresa quebrada.

Sus ingresos —347 mil 435 millones de pesos en el segundo trimestre de este año— son una brizna si se le compara a lo que adeudó la petrolera en ese mismo periodo.

Pemex pone en riesgo al país de diversas maneras, pues el monto de sus adeudos equivale a una tercera parte del presupuesto federal.

La más reciente reducción en la calificación dada a Pemex por la calificadora de riesgo Moody´s sí tomó en cuenta el aumento en la producción y de las reservas alcanzadas, pero aún así la empresa continúa sin tener capacidad para generar por sí misma los recursos para el pago de sus obligaciones financieras y seguir operando.

Uno de los rubros donde Pemex presenta mayores pérdidas es en la refinación y es a la vez el que requiere proporcionalmente de mayor inversión. En cambio, la exportación de crudo reporta aún un beneficio considerable, sin embargo, por una equivocada concepción de soberanía, cada día se exporta menos. Así las cosas, está perdiendo por partida doble.

Que Octavio Romero presuma que el gobierno paga todo lo relacionado con Pemex, y no la empresa, en lugar de dar certeza, genera más incertidumbre. Es una aceptación abierta de que Pemex no se vale por sí misma. La respuesta del director Romero a la nueva nota crediticia y de riesgo no fue la de un ejecutivo que sabe las limitaciones de su administración y busca encontrar soluciones con los consejeros, deudores, y actores que pudieran auxiliarla.

Llevó a cabo un juicio sumario de la calificadora y no de la deplorable gestión de la empresa que él encabeza.

Octavio Romero presume que el gobierno solventa las deudas de Pemex, pero omite aclarar que es la paraestatal con mayor presupuesto y a la vez con mayores pérdidas. Sin olvidar que no se conoce a ciencia cierta si Pemex paga impuestos o solo es la sangría infinita de recursos sin retorno. Porque algo es seguro, Pemex no llegaría a fin de mes si el gobierno federal no le inyecta dinero.

Es tal el apalancamiento que deberá realizar el gobierno de México para pagar la degradada deuda de Pemex, que las mismas finanzas gubernamentales pueden estar en riesgo.

A lo anterior, Pemex ni siquiera cumple con la propuesta de la 4T de ser soberano, pues la importación de gasolina registró un aumento del 32% del primer al segundo trimestre de este año. Ya no preguntemos si se debe a una pésima refinación, extracción o que el huachicol sigue a pesar del mortal Tlahuelilpan con sus 93 muertos.

La compañía tampoco ha cumplido con dejar fuera el nepotismo o combatir la corrupción. Recordemos que no fue por la paraestatal ni por la Función Pública o la Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda que nos enteramos de los contratos de la prima del presidente AMLO, Felipa Obrador.

Los errores se acumulan, incluyendo que Octavio Romero considera que puede enojarse con las agencias calificadoras, sus inversionistas y socios, y que no pasa nada. Error, solo reitera el nulo conocimiento, el cero interés en lo que está sucediendo y lo poco que le atañe la ecología y el futuro al gobierno.

Poco importa que el mundo transita hacia las energías renovables y limpias, exigiendo vehículos eléctricos para reducir las emisiones contaminantes, esto es, se deja la inversión en refinerías y ese dinero se destina a otro tipo de energías. Aquí en México, la aspiración de la 4T es incrementar la producción de crudo, reducir las exportaciones de crudo e importación de combustibles, mediante la rehabilitación de las refinerías y la construcción de Dos Bocas. ¡El regreso al pasado más contaminante!

Dos Bocas se erige en una zona protegida. Donde se han talado al menos 300 hectáreas de manglar, lo cual es un delito grave y cuya deforestación impactará aun más en el precario equilibrio ambiental de Tabasco.

No solo eso, también en el segundo trimestre antes reportado, Pemex emitió casi un 40% más de contaminantes peligrosos a la atmósfera que en el primero del año. Falta incluir los residuos tóxicos de la quema de combustóleo (generado por Pemex y quemado por la CFE).

Pemex no es la panacea o la creación de riqueza que supone el macuspano. Ya no. Esa fortaleza radica hoy en las energías limpias. Pemex será parte de las razones de la declaratoria de “muerte” de su administración. Es peso muerto y, por lo visto, la decisión de este gobierno es hundirnos con esa carga.

 

 

Columna de Verónica Malo Guzmán

SDP Noticias

 

Foto: Archivom

cdch

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