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Sábado, 20 de Abril de 2024

El hubiera no existe, Andrés Manuel

¿Qué hubiera sucedido en el país actualmente si AMLO no fuera el primer mandatario?
Sábado, 27 de Noviembre de 2021 07:13
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Municipios Puebla

“Después de mí, el diluvio”

LUIS XV

Pensar que se podría estar peor con otro presidente a cargo es jugar con el “hubiera”. Esto es, suponer algo que es imposible y que, como, tal no tiene sentido contemplar.

Los dos rostros que tendrá 2022El rostro humano de la inmigración ilegalDecir que estaríamos peor sin él es demagogia pura, manipulación, tergiversación; algo natural en la 4T.

Y si bien siempre es complicado comparar entre países, la pandemia es la ocasión que ‘cae como anillo al dedo’ para ver cómo se comportaron unas y otras naciones y los resultados que esto ha tenido para sus pobladores. Análisis comparados serios existen; ¡si tan solo lo quisiéramos ver! Queda por descontado que AMLO lo haga…

Mas, tan solo por darle el gusto de hacer un ejercicio ficticio y utópico, mostremos lo que hubiera sucedido de no tenerlo a él como primer mandatario:

Se hubiera designado a un zar anticovid responsable, científico y no a un barbero jugando a la política. México, entonces, no hubiera estado entre los cinco países con mayor índice de muertos por la pandemia. Estamos hablando, sí, de algo así como medio millón de personas.

Se hubiera tenido un plan de apoyo a las PYMES y MIPYMES, y no habría más de 100 mil empresas quebradas en este país (con sus consecuentes desempleados).

La economía no hubiera caído un 0.4 por ciento en el tercer trimestre de 2021, mientras en el resto del mundo subió. Tampoco hubiera un jefe de Estado que insiste en que la tasa de crecimiento será del 6 por ciento en promedio para su mandato.

No hubiera un Jóvenes construyendo el futuro con problemas en su implementación, funcionamiento y enorme corrupción.

De haberse implementado una verdadera política de contención del crimen, los abrazos no hubieran sobrado y los balazos hubieran parado. El número de feminicidios hubiera bajado.

Si Andrés Manuel hubiera visto el reporte del INEGI sobre el crecimiento del Producto Interno Bruto correspondiente al tercer trimestre de 2021, tal vez no se hubiera aventado a realizar su pronóstico optimista ni hubiera querido enmendarle la plana a tan seria institución.

Porque mientras López Obrador sostiene que vamos a crecer este año un 6 por ciento, “ese es mi pronóstico, ese es mi dato”, las variables económicas en el país insisten en mostrar una realidad sufrida por todos y negada por el tabasqueño. Dice que se puede ver en la generación de empleos y la llegada de inversión extranjera como récords, pero olvida mencionar que en lo que va del 2021 (a octubre), han salido de México 259 mil millones de pesos, un 26 por ciento del dinero que los extranjeros tenían invertido en nuestro país antes de la pandemia. Ni siquiera en el 2020 salieron tal cantidad de dinero; el año pasado emigraron 257 mil millones de pesos.

La confianza en México hubiera crecido al mejorar, y no empeorar, como nación en la clasificación mundial de la corrupción.

En el país de los otros datos, Mexico hubiera dado cátedra en Glasgow de cómo contaminar menos en lugar de más, resultado de la inmisericorde quema de combustóleo y carbón que se lleva a cabo para generar electricidad.

Si los programas clientelares hubieran servido, el número de pobres hubiera disminuido. Hoy, en cambio, hay al menos un millón de pobres más en nuestro país que cuando López Obrador entró en funciones. No solo eso, el porcentaje de mexicanos a los cuales no les alcanza el salario mínimo (Coneval) ha aumentado.

El incremento de los salarios que el presidente negocia en lo oscurito con empresarios no hubiera sido necesario, porque la inflación que llegará al 7 por ciento al finalizar el año no los habría erosionado. Tampoco las agencias internacionales hubieran bajado sus expectativas sobre el crecimiento de la economía nacional.

Si hubiera un presidente humilde y sensato, no se necesitaría todo un festejo este 1° de diciembre para recordar de su victoria. No se requeriría propiciar irresponsablemente un lugar de contagio masivo mientras el resto del mundo pide meter distancias ante la llegada de una cuarta ola del Covid-19.

El peso no se hubiera depreciado ante el dólar ni se habría insistido en su propuesta de tener a una buena economista, pero sin los requisitos necesarios, para ser gobernadora del Banco de México.

Y por supuesto, sin sus programas clientelares y sus trasnochadas propuestas de políticas públicas, se hubiera logrado sacar a algunos —varios— mexicanos de la pobreza y se hubiera considerado de en serio al presidente para recibir algún Nobel, como lo sugirieron sus correligionarios en la Cámara de Diputados…

Tristemente, seguramente al final del sexenio, cuando el crecimiento prometido no se dé, el desempleo continúe y el país tenga mayor número de pobres que cuando Andrés Manuel inició como presidente, le escucharemos mencionar nuevas excusas. Mas lo único cierto es que si López Obrador se hubiera preparado, no tendríamos que pensar en lo que hubiera podido suceder.

El hubiera no existe, Andrés Manuel.

Columna de Verónica Malo Guzmán en SDP Noticias

Fotografía Cortesía

clh

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