Vincular al Istmo a la red mundial de comercio, de medios de transporte y de logística.
Generar un corredor altamente competitivo, considerando los costos y los tiempos de traslado de las mercancías.
Ofrecer nichos de inversión y espacios para el asentamiento de empresas que desean relocalizarse en México y aprovechar las ventajas del comercio interoceánico.
Más trascendentes son los objetivos sociales que tienen que ver con el mejoramiento de las condiciones materiales de existencia de alrededor de 2.4 millones de habitantes de 79 municipios, 46 de Oaxaca y 33 de Veracruz; así como la de superar los rezagos históricos en materia de desarrollo social que se han enraizado en la región.
La generación de empleos, por otra parte, se incentivará debido a que el CIIT se divide en dos plataformas: la productiva, que contempla la edificación de 10 parques industriales en las inmediaciones de la vía del tren; y la logística, que contempla el remozamiento y la modernización de los puertos de Coatzacoalcos y Salinas Cruz y de los aeropuertos de Ixtepec y Minatitlán; el fortalecimientos del sistema ferroviario y de la infraestructura carretera y de los caminos rurales; la construcción de un gasoducto para abastecer a las empresas y a los consumidores domésticos y el tendido de una línea óptica para fortalecer la conectividad digital.
Se espera un incremento significativo de la carga en ambos puertos. Durante 2022, el puerto de Coatzacoalcos movió 32.3 millones de toneladas de carga, lo que representó 57.5% de su capacidad; en tanto que el de Salina Cruz movilizó 8.4 millones de toneladas, 17.7% de su capacidad. La maduración del CIIT permitirá hacer un mayor uso de lo que ya está instalado (que ya es bueno), pero lo más importante es que en ambos puertos se está ampliando su capacidad de carga. Con la instalación en los dos puertos de una terminal especializada de contenedores, se espera el movimiento de 1 millón 400 mil contenedores al año tanto en Salina Cruz como en Coatzacoalcos.
El corredor interoceánico requiere de una adecuada coordinación entre los medios de transporte que intervienen: barco-ferrocarril-barco; es decir, se requiere de un puente terrestre para transportar carga por ferrocarril en contenedores o remolques, de puerto a puerto, con la mayor coordinación posible entre los barcos que desembarcan y embarcan. He ahí la importancia de contar con una ruta integrada de vías férreas entre Coatzacoalcos y Veracruz y la necesidad de que tenga un funcionamiento adecuado el Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec (FIT), administrado por la Secretaría de la Marina, que es la empresa encargada de movilizar la carga de puerto a puerto.
El flujo de la carga ferroviaria mediante el FIT será previsiblemente mucho mayor, conforme a las proyecciones iniciales subirá a 5 millones de toneladas con el tiempo, frente a las 533 mil transportadas en 2018; ya para 2023 se ha proyectado una carga de 2 millones 166 mil toneladas y para 2024 de 2 millones 346 mil toneladas. El compromiso de eficiencia es aún mayor porque se pretende reducir el tiempo de recorrido de los 308 km, de puerto a puerto, a menos de 6 horas, contra las 8 horas actuales.
La línea de Salina Cruz a Coatzacoalcos estaba fragmentada, ya que el tramo de Medias Aguas a Coatzacoalcos formaba parte de la concesión otorgada a Ferrosur por el Gobierno Federal. No rescatar esta concesión significaba que el FIT estaría sujeto a la aprobación y al pago de un derecho de paso; es decir, ahora la empresa podrá operar directamente en la programación de sus corridas, sin ningún tipo de condicionamiento por parte de Ferrosur.
Debe decirse que el Gobierno Federal, prácticamente, desde el inicio del sexenio buscó con Grupo México, propietario de Ferrosur, llegar a un acuerdo para que le cediera el tramo de Medias Aguas a Coatzacoalcos. Después de varias negociaciones, el conglomerado, al parecer, ha aceptado como compensación la ampliación de diversas concesiones por vencer y el permiso de paso en la ruta ferroviaria que recorre los dos puertos; abandonando la pretensión de que se le pagara en efectivo 9,500 millones de pesos, esto es, aproximadamente 528 millones de dólares, por los 120 km de vía contemplados como de utilidad pública. La razón ha vencido a la codicia.
Nada ni nadie puede estar por encima del interés nacional, más cuando el desarrollo y la culminación del proyecto del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec generará una mayor riqueza para el país; ampliará las cadenas de valor para las economías locales; creará un número importante de empleos; y traerá enormes beneficios para alrededor de 2.4 millones de habitantes, la mayoría en condiciones de pobreza y dentro de una región con alto rezago social.
Columna de Gildardo Cilia López en SDP Noticias
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