Como si los recursos del erario fuesen infinitos. La presidenta electa no se cansa de ofrecer más gasto público con la alegría de un marinero recién llegado al puerto, listo para que las rondas en la cantina corran por su cuenta entre los aplausos de todos. Porque la riqueza extraída de los contribuyentes está para ser repartida a manos llenas.
“Nos va a dejar muy buenas finanzas el Presidente”, dijo Claudia Sheinbaum unos días después de su arrolladora victoria electoral, al parecer ignorando que las proyecciones de la Secretaría de Hacienda apuntan a un déficit fiscal de 5.9 por ciento del PIB, el más elevado desde 1989. En los primeros cinco meses del año, mientras Sheinbaum andaba en campaña, la deuda del sector público explotó de 15.09 a 16.34 billones de pesos, 1.25 billones en cinco meses. Un agujero negro presupuestal que nadie se atrevería a llamar “muy buenas finanzas”.
Inmersa en la búsqueda de la presidencia, al parecer Sheinbaum no se enteró que López Obrador hace mucho que se deshizo de la careta de conservador fiscal. Una de las tantas mentiras que este dijo en su toma de posesión fue que en su gobierno no habría déficit ni endeudamiento (también memorablemente anunció que se comprometía a no robar). Las mayores falsedades del tabasqueño siempre tendrán como común denominador el dinero.
La deuda al terminar el sexenio de Peña Nieto estaba en 11.21 billones. El tabasqueño no solo le agregó un billón por año en promedio, además vació fondos presupuestales y fideicomisos. Se dedicó a saquear el futuro para financiar sus elefantes blancos y esos programas sociales tan exitosos electoralmente. En sus últimos meses siguió infatigable ofreciendo dinero que habrán de encontrar los gobiernos que sigan, notablemente en materia de pensiones. Ese futuro alcanzará a partir de octubre a quien seleccionó para sucederlo.
Claudia Sheinbaum sigue la escuela del patrón. ¿Pensiones? En su gobierno las habrá para mujeres entre 60 y 64 años, así como becas para todos los estudiantes en escuelas públicas, desde preescolar hasta secundaria. De la misma manera, aumentos en las pensiones para los maestros jubilados por el ISSSTE.
También prometió en campaña impresionantes aumentos para los trabajadores del sector público en las áreas de salud, educación y seguridad. Según lo que ofreció explícitamente, estos percibirán, al menos, el salario promedio de cotización del IMSS. Para policías esto significaría un aumento salarial de 137.5 por ciento y para las enfermeras del ISSSTE uno que llegaría hasta 173.9 por ciento. Para los maestros de nivel básico de tiempo completo correspondería un incremento de 29.2 por ciento. Un diluvio de dinero que Sheinbaum presentó como un “acto de justicia”.
Pero también habrá de concluir las obras faraónicas. La proclamada ecologista seguirá devastando selvas y contaminando cenotes con el Tren Maya; quien habla incansable de hidrógeno verde seguirá invirtiendo dinero en Pemex y Dos Bocas. Esto aparte de continuar ampliando el AIFA y comprando aviones para Mexicana. Hace unos días Sheinbaum detalló las tres líneas de trenes de pasajeros que construirá en su gobierno, destacadamente una desde CDMX hasta la frontera norte. Estimó que costarán 475 mil millones.
Pero la presidenta electa ya anunció que, dado que no hay tanto dinero, las nuevas pensiones para mujeres no llegarán a todas de inmediato, solo a un millón de ellas en su primer año. Serán mil 500 millones de pesos al mes. Eso es moderarse para Claudia, la gastalona.
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Columna Ekonokafka de Sergio Negrete en El Financiero
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