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Viernes, 26 de Abril de 2024

El sueño americano es para unos cuantos

24 Agosto, 2016

Es cierto, los migrantes mexicanos trabajan y viven en condiciones precarias en los Estados Unidos. Un estudio realizado el año pasado por Universidad Iberoamericana de Puebla y el Observatorio del Salario, cuyos resultados fueron dados a conocer el martes, confirma que los connacionales reciben apenas entre uno y dos salarios mínimos, jornadas de trabajo extenuantes de hasta 14 horas diarias, con menores prestaciones de ley a las ofrecidas en México y por si fuera poco, amenazas sobre su situación legal en el país.

El estudio sobre “Pautas de Consumo y Población Inmigrante: Mexicanos en Nueva York” documenta que el 67 por ciento de la población mexicana -prácticamente 7 de cada 10 trabajadores- que reside en esa zona de la Unión Americana es originaria del estado de Puebla.

Sin embargo, los principales trabajos en que se desempeñan los poblanos son como cocineros, meseros y trabajadores doméstico, representando el 62.5 por ciento de empleos conseguidos, siendo el de cocinero el más socorrido, porque únicamente en éste pueden llegar a ganar más de cinco salarios mínimos, pero esto sólo es posible para el 6.25 por ciento del sector.

El sueño americano está muy lejos para la mayoría de los inmigrantes, no sólo por las condiciones de vida, sino principalmente porque el trabajo de otros inmigrantes, como los puertorriqueños, colombianos, ecuatorianos y dominicanos es más valorado en el mercado gringo. Mientras el ingreso ha disminuido más del 19 por ciento del año 1990 a la fecha, el resto de los trabajadores en situaciones similares han conseguidos incrementarlo en promedios que van del 5 y hasta el 13 por ciento.

En términos reales, sólo seis de cada 100 poblanos en Nueva York ha logrado saltar la barrera de empleado a empleador, para convertirse en empresario establecido.

A pesar de todo, el estudio destaca que el salario mínimo en Nueva York por ocho horas trabajadas, es 7.6 veces más alto que el de nuestro país, motivo por el cual la migración siguesiendo atractiva para quienes no encuentran en México una vida digna.

Entre las conclusiones generales se documenta que la población inmigrante mexicana tiene acceso a una mayor cantidad de alimentos que a los que tendría acceso en su comunidad de origen, sin embargo, la percepción de los connacionales es que los productos son de menor calidad a los consumidos en nuestro país.

Como sea, las revelaciones dejan por sentado que a pesar de que los migrantes vivan en iguales o peores condiciones a las enfrentadas en México, “la migración les otorga la posibilidad como individuos, que antes la educación como mecanismo social proporcionaba, de ascender económicamente… a algunos les garantiza un trabajo seguro y un nivel de sobrevivencia que no tendrían en su lugar de origen”.

Twitter @mecinas

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