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Miércoles, 24 de Abril de 2024

La pesadilla migrante mexicana

26 Agosto, 2016
Érika Nieto

Puebla no solo es uno de los primeros lugares a nivel nacional en mano de obra indocumentada que viaja hacía los Estados Unidos, sino también es el paso y estadía de miles de centroamericanos que hacen una pausa, muchas veces, obligada en su viaje sobre La Bestia rumbo al vecino país del norte.

La estadía de miles de centroamericanos que, los que vivimos en esta entidad, podemos observar en los diferentes cruceros de muchas avenidas tiene variados efectos sociales, económicos y en materia de seguridad pública. Y en muchos casos los mexicanos caemos en las mismas actitudes racistas, de discriminación y de rechazo colectivo en contra de los indocumentados centroamericanos que transitan por la ciudad, que nuestros paisanos sufren en las calles de Estados Unidos por ciudadanos de ese país.

En medios de comunicación se escuchan diferentes historias efecto de la realidad que ya se vive como estado, adolescentes que hacen amistad con ciudadanos centroamericanos y que posteriormente se unen a ellos en el viaje rumbo a la Unión Americana.

Hondureños, salvadoreños y de otros países insertados en la economía poblana ante la imposibilidad de continuar su camino rumbo al sueño americano. Incluso noticias de inseguridad en las que estos ciudadanos se ven involucrados.

Mientras que la sociedad mexicana, igual que está ocurriendo en otros países, no está preparada ni consciente de la forma en cómo enfrentar las nuevas realidades que generan las economías de países como México que obligan a sus ciudadanos a buscar mejores oportunidades de empleo, de una mejor vida en un país ajeno al suyo.

Algunas cifras aseguran que son por lo menos 400 mil los ciudadanos centroamericanos los que transitan por Puebla a lo largo del año y otras reflejan que aproximadamente 500 personas de estos diferentes países permanecen en la entidad al ver truncado su viaje hacia el norte del continente.

La situación social que se está generando no es sencilla. Al igual que nuestros paisanos que entran ilegalmente a la Unión Americana, también los centroamericanos que ingresan a nuestro país tienen derechos, necesidades, sueños y problemas que dejan atrás en sus comunidades. En Estados Unidos nuestros paisanos reciben mucho más apoyo y generosidad de la que, como mexicanos, estamos ofreciendo a aquellos que solo ven a México como un país en tránsito.

Para los indocumentados mexicanos que radican en territorio norteamericano estamos pidiendo lo que no damos a los paisanos de países en Centroamérica. Ya es de todos conocido que la frontera sur es considerada como una de las más peligrosas y ni hablar del tránsito a lo largo del país. El problema no disminuirá, por el contrario, ante el retiro de la concesión a la ruta ferroviaria mejor conocida como La Bestia que obligará a los indocumentados a buscar nuevas brechas para mantenerse en la búsqueda de su “sueño americano”, tratando de no ser víctimas de la “pesadilla mexicana”.

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