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Viernes, 19 de Abril de 2024

Texas pide cerrar fronteras a indocumentados

10 Diciembre, 2016
Érika Nieto

Hace unos días, el Gobernador del estado norteamericano de Texas, Greg Abbot declaró contundentemente que la frontera sur no debía permanecer abierta, en claro apoyo a las medidas migratorias que promueve el Presidente Electo de ese país, Donald Trump, luego de que un indocumentado mexicano que, según las autoridades de migración, ha sido deportado en 8 ocasiones diferentes, atropelló y mató a dos ciudadanos americanos y tenía, además, la intención de fugarse.

Lamentablemente casos de mexicanos que son deportados una y otra vez por la patrulla fronteriza y que no cesan en el intento de llegar sin documentos a territorio norteamericano representan un porcentaje importante en las cifras de cruces ilegales en la frontera norte, sin embargo es aún más grave la cantidad de casos de paisanos que, además de permanecer de forma ilegal en ese país, tampoco obedecen las leyes norteamericanas, manejan sin licencia de conducir, a exceso de velocidad o cometen algunas otras faltas a la ley.

Estos casos, pocos o muchos, dañan la imagen y la permanencia en ese territorio de otros paisanos que aunque se mantienen en suelo estadounidense sin documentos se dedican a trabajar, a producir y mantienen un perfil sano legal, social y económicamente hablando, respetando las leyes de ese país, con el fin de no llamar la atención de la autoridad norteamericana y de arriesgarse a ser deportados.

De ahí que la molestia y el rechazo en contra de los migrantes indocumentados del Gobernador de Texas, por cierto militante del Partido Republicano, fue más allá por lo que también expresó su enojo por la existencia no solamente de escuelas santuario que protegen a los estudiantes indocumentados evitando que cualquier operativo o redada sea ejecutada al interior del plantel llevándose a los menores para deportarlos, sino que también se molestó por la posible existencia en Texas de “ciudades santuario” o de algunos condados como Austin que también busquen proteger a sus habitantes que no sean ciudadanos americanos o residentes legales, de algún operativo de la autoridad migratoria.

Como el caso de algunos condados en estados como California o Nueva York donde los elementos policíacos tienen prohibido cuestionar el estatus migratorio de los indocumentados para no generar en ellos desconfianza hacia la autoridad.

Y entonces, el texano, amenazó con retirar los apoyos en materia de presupuesto que su gobierno otorga tanto a instituciones educativas como a estas comunidades pro-migrantes. Es importante comentar que parte de estos apoyos permiten que estudiantes indocumentados reciban una educación gratuita y bilingüe en muchas instituciones educativas de ese país, con todas las ventajas que una escuela norteamericana puede ofrecer a esos menores mexicanos.

La confrontación no solo entre las autoridades que buscan protección para los indocumentados y para aquellas que los quieren fuera del territorio en Estados Unidos no es el único peligro que se avecina en el ambiente socio-político de ese país, sino entre la población civil que también está dividida por casos como el de este mexicano indocumentado que asesinó a dos personas y que piden a sus gobiernos cerrar fronteras y deportar masivamente a los migrantes. Esto no es nuevo pero podría ponerse mucho peor.

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