A la manera de Trump

La era Trump inició en la Presidencia de los Estados Unidos y será como lo expresó el baile inaugural encabezado por Donald Trump y la primera Dama Melania Trump, a “su manera”. Y aunque cada una de sus iniciativas, incluyendo los decretos que firmó durante sus primeras horas en la Oficina Oval, deberán contar con la aprobación del Congreso, lo cierto es que desde su discurso en su juramentación.

Donald Trump se empeña en hacer las cosas a su modo, como lo ha venido haciendo durante su carrera empresarial.

Y esa “manera” es la que preocupa no solo a ciudadanos, sino a países completos. Por lo pronto en México, la Presidencia de la República ya empezó a tomar algunas medidas para facilitar la reintegración a los miles de indocumentados mexicanos de todas las edades que ya se prevé que sean de portados, como lo amenazó Trump, durante los primeros 100 días de mandato.

Las medidas anunciadas por el ejecutivo mexicano Enrique Peña Nieto se enfocaron en eliminar algunos de los requisitos que existen para la reincorporación de menores deportados de Estados Unidos al sistema educativo en nuestro país, una de las tantas causas del peregrinar de muchos padres y familiares de menores que nacieron en territorio norteamericano pero de padres indocumentados. Además de facilitar la revalidación sus estudios de cualquier nivel.

Otra de las medidas se enfoca a los adultos que sean deportados ofreciéndoles capacitación para el trabajo para su reintegración laboral.

Sin embargo, estas medidas parecen insuficientes ante la problemática fronteriza y de retorno que se avecina, ya que no solo se trata de quienes ya están regresando a tierras mexicanas sino también de aquellos extranjeros, como haitianos y cubanos que se quedaron varados en este país con las últimas decisiones presidenciales de Barack Obama.

Además de los problemas en materia de seguridad que en algunas comunidades y municipios ya representa la inactividad de cientos de jóvenes deportados, sobre todo del área del este de Los Ángeles o de Queens o el Bronx en Nueva York donde imperan las gangas y pandillas. Y no olvidemos que la deportación de paisanos prometida por el mandatario norteamericano empezará desde las cárceles de ese país.

No en balde hemos visto el aumento indiscriminado de pintas en paredes ya no solo de barrios sino de colonias donde antes no se veían, pintas como las que comúnmente se pueden observar en puentes y barrios donde han pandillas mexicanas y centroamericanas en territorio norteamericano.

Mientras que en Puebla, la representante de la comisión de migrantes en el Congreso del Estado Maritza Marín, solo envió su solidaridad y esperanza al fijar su postura sobre la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, cuando lo que necesitan los poblanos que sean o han sido deportados son políticas públicas concretas de apoyo para que encuentren un trabajo lo más pronto posible.

Por lo pronto, los paisanos y sus familias se mantienen aferrados y defendiendo sus derechos en ese país, algunos en marchas al lado de organizaciones promigrantes y otros trabajando sin hacer mayor ruido para no ser detectados, ante la situación de Puebla y México no les conviene ser deportados.

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