Un día sin el trabajo de los paisanos

Los migrantes mexicanos forman parte de cada rincón de la vida en Estados Unidos y la labor de cada uno de los indocumentados es ya indispensable para que siga caminando el motor de la economía norteamericana. Muchos de los cargos que ocupan los paisanos son apoyados para mantenerse ocultos por empresarios norteamericanos, desde los más sencillos hasta los más poderosos, incluyendo a los de origen Republicano, el motivo no es desconocido, los múltiples beneficios económicos que representa para ellos contratar mano de obra ilegal, evadiendo impuestos y obligaciones como el seguro social.

Por eso, el día sin inmigrantes que se realizó la semana pasada en varios estados norteamericanos y a la que convocaron diferentes organizaciones pro-inmigrantes fue considerado como un éxito porque prácticamente paralizó varios sectores como el hotelero, el restaurantero, el agrícola, el de la construcción y en algunas zonas hasta el industrial.

Obviamente no faltaron incidentes como el que algunos trabajadores de la construcción que se ausentaron el día de la convocatoria fueron despedidos al otro día de su regreso según reportes de algunos medios de comunicación en la región. Pero en la mayoría de los casos los empresarios expresaron comentarios esperanzadores de que la ausencia solo tardaría un día y todo regresaría a la que, ya consideran, una normalidad.

El primer balance es positivo respecto a la estrategia que busca que sea valorado todo el trabajo y el esfuerzo de los indocumentados ante la amenaza real que día con día representan las acciones puestas en marcha por parte del Presidente Donald Trump y que según la opinión de algunos expertos, dañará aún más la economía norteamericana que la de los países de origen de los miles de deportados.

La próxima convocatoria es para el próximo primero de mayo, día mundial del trabajo y se espera que el paro de labores tenga un mayor impacto en la economía norteamericana y motive al gobierno norteamericano a hacer un alto en las fuertes decisiones antiinmigratorias de las últimas semanas, como las redadas, las deportaciones, el cierre de programas de apoyo y la construcción multimillonaria del muro fronterizo.

El primer “dreamer” en riesgo

Uno de los mayores temores de la llegada de Donald Trump a la Presidencia de los Estados Unidos era la desaparición de programas de protección a indocumentados tan importantes como los que benefician a miles de estudiantes con permisos de trabajo, de estudio e incluso en algunos casos, hasta con licencias para conducir, hoy el programa DACA que otorga estos privilegios y que promovió el anterior mandatario Barack Obama y que beneficia a casi dos millones, esta en total riesgo con la detención de un joven de origen mexicano que estudia y vive en Seattle.

Y aunque es un programa legal, el actual Presidente tiene las facultades para desaparecerlo. Cualquier pretexto como un tatuaje o una infracción sirven para ser deportado de ese país. Y esto apenas comienza en la era Donald Trump, la pregunta es, cuánto durará y hasta dónde llegará.

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