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Lunes, 6 de Mayo de 2024

El sueño antorchista que se esfuma

18 Abril, 2017

La probabilidad de que Antorcha Campesina pueda colocar a un personaje afín a su organización como nuevo presidente del PRI en Atlixco disminuye con cada día que pasa.

Las señales son claras para quien desee encontrar la salida más obvia al embuste montado por Hersilia Córdova y su ramillete de aduladores disidentes.

Es claro que por la vía jurídica y estatutaria están perdidos.

Antorcha no ha demostrado (ni podrá hacerlo) su calidad de organización adherente al partido que intenta gobernar.

Pero la flaqueza de su “propuesta” no termina aquí.

Sergio de Jesús y Estefanía Lozada no cuentan con los requisitos que exigen los estatutos para dirigir a su partido.

La calidad de “cuadro” es necesaria para aspirar a los puestos de presidente y secretario general pero ninguno de los dos la ostenta.

Esta se adquiere después de dirigir, al menos, un sector u organización o haber sido sometido al voto popular en una elección constitucional.

¡Vaya!

Y es que de lo que se trata es de no ser improvisado.

Duele decirlo, pero en realidad ambos personajes en esta dupla sí lo son.

¡Claro!

No es lo mismo “tocar puertas”, “ensuciarse los zapatos”, “trabajar con los seccionales” y “armar movilizaciones” que dirigir al carro completo.

¿Cómo podría guiar al PRI una persona que agacha la mirada y sume la cabeza entre los hombros durante una rueda de prensa?

El lenguaje corporal nunca miente.

La realidad del PRI sería esta: ante un partido conformado por tribus orgullosas (y poderosas), Sergio de Jesús sería un cero a la izquierda.

Sin poder de convocatoria, negociación, ni oficio político, su paso por la dirigencia sería desastroso.

Como lo fue el periodo de Griselva Villavicencio por la misma razón.

Ya quienes toman las decisiones en el comité directivo estatal lo saben bien.

En fin.

Un partido político necesita de un político para dirigirlo.

Lamentablemente para Antorcha, Sergio de Jesús ya se curó en salud ante los medios de comunicación:

“Discúlpenme si me pongo nervioso, yo no soy un político pero vengo a dar mi mejor esfuerzo”.

Señores priistas, ahí está su fórmula del fracaso para 2018.

Un mensaje final:

Estirar hasta el límite las cuerdas del PRI para imponer a Sergio en la dirigencia sería un esfuerzo infructuoso.

Veríamos a Hersilia cavando el agujero de su propia tumba para 2018.

Es claro que sin el apoyo del priismo y su voto duro, Antorcha no podría ganar la presidencia municipal.

Los números de la elección pasada nos lo dijeron.

Antorcha es fuerte en las regiones rurales, pero se ahoga al tratar de devorar un municipio eminentemente urbano.

Y su hedor a rancio cacicazgo no los ayuda.

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