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Jueves, 18 de Abril de 2024

Entre la desgracia y la urgencia en San Miguel Tecuanipa

28 Septiembre, 2017
  • Se perdió manantial y se quedaron sin agua potable
  • Ni clínica de salud, ni escuelas en la comunidad

San Miguel Tecuanipa, es una población cercana al Popocatepetl  que sufrió fuertemente los embates del sismo de 7.1 grados Richter del 19 de septiembre y que les ha cambiado la vida a sus 1 mil 378 habitantes, de los cuales 632 son hombres y 746 mujeres y en donde más del 11 por ciento de la población es analfabeta.

Comunidad rural y que no toda cuenta con forma de comunicación telefónica. La señal de internet llega en ocasiones.

Casi no son apoyados por la Presidenta Municipal de Tochimilco.

El agua la bajan de un manantial de la montaña, sin embargo éste desapareció con el deslave del cerro y dejó sin el vital líquido al pueblo, que hasta antes del 19 de septiembre bajaba el agua a través de mangueras llegando a un deposito en la parte baja del pueblo y para dotar a los pobladores de la parte alta lo hacen mediante un sistema de bombeo.

El sábado 22 personas de muchos estados de la república se volcaron llevando ayuda a las comunidades cercanas al volcán Popocatepetl, eran interminables las filas de autos. El recorrido de la cabecera municipal Tochimilco hacia San Miguel Tecuanipa es de 20 minutos, pero el traslado tardó casi tres horas.

Hay partes donde se está desgajando el cerro sobre el camino.

Llegó un momento que el pueblo quedó totalmente lleno de autos y camionetas, había un bloqueo. No se podía entrar ni salir.

La calle principal de aproximadamente un kilómetro de largo tiene una gran pendiente y al finalizar la misma hay una barranca y no hay paso.

La gente se aglomeraba recibiendo víveres, ropa y juguetes.

En la parte más baja del pueblo, donde estuvo la secundaria que se cayó y mediante una techumbre se entregaban también los apoyos de los mexicanos y eran cuidados por dos policías auxiliares de la comunidad.

Todas las instituciones educativas no sirven: el pre escolar, la primaria, la misma secundaria y el bachillerato.

No hay un albergue.

Los que se quedaron si casas han sido apoyados por vecinos o familiares. El 50 por ciento de las viviendas son inhabitables.

“Desde el sismo del 19 me he quedado a dormir en este cuartito, porque mi casa se cayó, pero ya me dijeron que debo salir porque está a punto de caer”, dice Doña María.

Irene Rosales nos muestra las cuarteaduras de la clínica de salud. “no dijeron de la jurisdicción sanitaria que la mantengamos cerrada”

No hay médico fijo, llega una vez a la semana.

Los Millennials, la generación “Y” ha tomado la iniciativa y busca todas las formas de buscar la ayuda humanitaria, social y para la reconstrucción y entre los jóvenes comprometidos con su pueblo está Jesús Armando Adorno Paredes, quienes formaron un comité de protección civil y hay recorrido todas las calles de la comunidad y con direcciones, nombres de propietarios, daños estructurales de las viviendas ya cuenta una lista para compartir con las autoridades que no han llegado aún.

Por su parte Gabriel René Rosales Medel, clama ayuda, pide que se reestablezca el sistema de agua potable y dicen que están buscando en el cerro desgajado nuevas minas, nuevos manantiales para poder traer el agua para la población antes de que surjan enfermedades.

En Tecuanipa, no hubo muertos, no desgracias que lamentar porque mucha de la gente estaban en el campo en donde escucharon el estruendo y luego el estremecer de la tierra.

A lo lejos vieron el desgajamiento de parte del volcán y pensaron lo peor, no sólo que se quedaban sin casas, sino ver a algún familiar lesionado, o lo peor, muerto, afortunadamente esto último no sucedió.

Este pueblo que está a 58.6 kilómetros de Puebla y a más de una hora de camino, claman apoyo de los gobiernos federal y estatal y agradecen muchos a los voluntarios que llevaron víveres y ropa, pero aún falta mucho, porque mientras las autoridades determinan como se hará la reconstrucción de viviendas piensan:

“Donde vamos a vivir, que techo nos cobijará los próximos meses, ante el frío y también el temor de escuchar rugir a don Goyo, verlo expulsar lava, sentir el tremor volcánico”, pero este terremoto pone a prueba su capacidad de haber aprendido a vivir con el volcán.

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