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Jueves, 28 de Marzo de 2024

El modelo de RMV puede resultar más efectivo que la popularidad de AMLO

11 Marzo, 2018
Rodolfo Ruiz R.

Aunque el candidato a gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta y los dirigentes estatales de Morena creen que por el posicionamiento que Andrés Manuel López Obrador tiene en las encuestas, ganarán no sólo las elecciones presidenciales, sino los comicios locales, la terca realidad puede jugarles una trastada.

 

Sobre todo si no consiguen en el primer mes de campaña una cómoda ventaja ante a la candidata de la coalición Por Puebla al Frente, Martha Erika Alonso Hidalgo, cuya nominación es respaldada no sólo por cinco partidos: PAN, PRD, Movimiento Ciudadano (MC), Compromiso por Puebla (CCP) y Pacto Social de Integración (PSI).

 

Subrayo el no sólo, porque en la práctica Martha Erika Alonso y su principal impulsor, su esposo el ex gobernador Rafael Moreno Valle, podrían conseguir el respaldo de otros dos partidos que en este proceso van dizque con candidatos propios pero que en la realidad son parte de la órbita morenovallista. Me refiero a Michel Chaín Carrillo, del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y a Alejandro Romero Carreto, del Partido Nueva Alianza (Panal).

 

Moreno Valle consiguió, primero, dejar sólo al PRI en los comicios para gobernador, pese a los esfuerzos de su dirigente estatal Jorge Estefan Chidiac de sumar al PVEM y al Panal a Enrique Doger Guerrero bajo el esquema de candidatura común.

 

Y finalmente logró que tanto el PVEM como el Panal nominaran a candidatos que, en caso de urgente necesidad ante un sorpresivo crecimiento electoral de Luis Miguel Barbosa, podrían declinar a favor de Martha Erika Alonso.

 

El exceso de confianza de Barbosa y los dirigentes de Morena les impide visualizar que la ola de López Obrador podría no alcanzarles para ganar.

 

Por la forma en que se diseñaron las coaliciones, y la cerrada competencia que habrá en algunos municipios entre partidos leales al morenovallismo, Martha Erika Alonso tiene más posibilidades de sumar sufragios que Luis Miguel Barbosa.

 

Para la elección de gobernador, la esposa de Moreno Valle tiene de entrada cinco partidos que la nominan: tres nacionales y dos estatales; Barbosa sólo tres: Morena, el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Encuentro Social (PES).

 

Sin embargo en los comicios para presidente municipal, donde los partidos morenovallistas no van en coalición total o parcial, sino con candidatos propios o bajo el esquema de candidaturas comunes, los aliados de Moreno Valle se multiplican, pues en una veintena de municipios sus partidos suman además al PVEM y al Panal.

 

El modelo dual del morenovallismo tiene una lógica impecable: todos suman a la candidata a la gubernatura, aunque en los municipios se desgarren y compitan entre sí.

 

Barbosa y los dirigentes de Morena han descuidado el proceso de selección de candidatos a presidentes municipales. En algunos lugares, como la capital y San Andrés Cholula, por citar sólo dos casos, la cuota de género los obligó a postular a mujeres que poco o nada aportan a la causa lopezobradorista.

 

En cambio, la coalición morenovallista usó la cuota de género para mandar a sus precandidatos panistas varones a otros partidos o para obligar a los alcaldes en funciones que quieren heredar sus cargos a sus parejas, hijas, o hermanas a conseguir muchos votos, ya que de lo contrario podrían perder los comicios frente a otros partidos que en la elección juegan como aliados.

 

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