Uno de los mayores problemas que enfrenta la presidenta municipal de Puebla, Claudia Rivera Vivanco, es el fuego amigo de senadores, diputados federales y locales de Morena, y ahora de sus propios regidores.
Con estos últimos, el malestar radica en que Claudia Rivera no ha tenido el tiempo —fuera de las sesiones de Cabildo— de reunirse con ellos desde el 15 de octubre y que la secretaria general Liza Aceves López sólo les da largas o les promete un acercamiento en una semana o diez días.
Algunos regidores sienten que la presidenta municipal está encapsulada por una burbuja que la aísla del mundo real, de sus secretarios de gabinete y regidores, y que ésta —me refiero a la burbuja— ha llegado al extremo de instalar vallas en el Salón de Cabildos para que ni ahí pueda ser abordada por sus pares.
De entrada hay que destacar que la planilla de regidores de Claudia Rivera está lejos de ser un grupo homogéneo y unido, y no porque entre sus pares haya gente de Morena, el PT y el PES.
Estos 16 regidores no tienen un sólo coordinador, sino tres: José Iván Herrera Villagómez, Edson Armando Cortés Contreras y Ana Laura Martínez Escobar. Esta última es la más leal a su causa, los otros dos la apoyan pero con sus asegunes.
Los asuntos importantes de Cabildo primero se discuten entre ellos, antes de llevarlos al Pre Cabildo o al pleno con todos los regidores.
En la práctica esta dinámica ha mermado el margen de operación e influencia de la secretaria del ayuntamiento, Liza Aceves, ya que algunos regidores de Morena y del PAN han dejado de percibirla como el mejor conducto para rebotar asuntos relevantes con la presidenta municipal.
A lo anterior hay que añadir el fuego amigo: algunos de los regidores de Morena, el PT y el PES están siendo aleccionados por sus verdaderos impulsores —Gabriel Biestro, Luis Miguel Barbosa, Fernando Manzanilla y Alejandro Armenta— a tomar distancia de Claudia Rivera en temas de seguridad pública, ambulantes e invasión de calles y elecciones en juntas auxiliares.
En los hechos esta falta de cohesión no sólo está complicando la solución de algunos problemas, sino enviando señales equivocadas a ciertos sectores, como los comerciantes establecidos del Centro Histórico que hoy son los principales críticos de Claudia Rivera por la incapacidad de sus funcionarios para impedir la invasión de calles en el primer cuadro de la ciudad.
De ello puede dar cuenta el presidente de la Comisión de Desarrollo Económico, el regidor José Luis González Acosta, quien el lunes tuvo que aguantar los reclamos del presidente de la Canaco, de los Comerciantes del Centro Histórico y de la Asociación de Plazas y Centros Comerciales que le exigieron una reunión urgente con la presidenta municipal Claudia Rivera Vivanco.
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