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Jueves, 28 de Marzo de 2024

¿Corrupción, doble rasero o criterios según el cliente?

25 Noviembre, 2019
Rodolfo Ruiz R.

Un claro ejemplo de cómo se conducen las autoridades en el otorgamiento de permisos y la emisión de dictámenes de Protección Civil en el municipio de Puebla es la construcción del Hotel City Express en un predio de la 39 Poniente 1751 en el antiguo rancho La Noria.

Cuando los hermanos Henaine Buenrostro tramitaron por primera vez un dictamen de pre factibilidad de uso de suelo para poder iniciar las obras del hotel, la respuesta de la Unidad Operativa Municipal de Protección Civil fue negativa.

De acuerdo con el dictamen que dicha Unidad emitió el 29 de noviembre de 2014, en respuesta a la solicitud número 74913, el predio destinado al hotel con una superficie de 4 mil 229 metros cuadrados invadía zona federal en su lado poniente “por estar dentro la restricción de los 25.00 metros considerados zona de riesgo (…) con respecto al río Atoyac”.

De los 4 mil 299 metros cuadrados, el área libre de restricción se limitaba a poco más de un tercio: 1 mil 361 metros cuadrados.

Cien días después, la respuesta de la misma Unidad de Protección Civil del ayuntamiento de Puebla frente a esa misma solicitud fue diferente. El dictamen no sólo se modificó favorablemente para el solicitante, sino que la autoridad municipal cambió los criterios para determinar si un predio se ubica en zona de riesgo.

En el segundo dictamen, fechado el 9 de marzo de 2015, el área restrictiva con respecto al río Atoyac ya no era de 25 metros, sino sólo de 10, por lo que la totalidad del predio de 4 mil 229 metros cuadros quedó libre de restricción.

Así como lo lee.

Lo curioso del asunto, por decirlo de manera eufemística, es que ambos dictámenes fueron firmados por la misma persona: Luis Gustavo Ariza Salvatori, director de la Unidad Operativa Municipal de Protección Civil en la gestión del alcalde José Antonio Gali Fayad.

También que ambos dictámenes se acompañaron de mapas para justificar, en un caso que se invadía zona federal y que la construcción estaría en área de riesgo, y en otro que el hotel libraba la zona federal y, por tanto, el área de riesgo del río Atoyac.

Lo que nunca se explicó y valdría la pena que se hiciera es por qué en el primer dictamen el área se estableció a 25 metros de la rivera del Atoyac y en el segundo a únicamente 10 metros.

La verdad es que este doble rasero huele a corrupción o tráfico de influencias, por tratarse de una empresa con fuertes vínculos con el morenovallismo, o por los propietarios del terreno donde se edificó uno de los dos hoteles de esta cadena en el ex rancho La Noria: los hijos de Ricardo Henaine Mezher.

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