Reforma electoral sin consenso

Si algo hace falta en la LX Legislatura del Congreso del estado es oficio político para construir acuerdos y sacar una reforma electoral de consenso.

Lo ideal habría sido que antes de presentar su iniciativa de reformas a la Constitución del estado y al Código de Instituciones y Procesos Electorales, el presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política negociara con los demás coordinadores parlamentarios esos cambios a la legislación electoral.

Pero al no hacerlo así, Gabriel Biestro y los diputados que integran el bloque mayoritario integrado por las fracciones de Morena, el PT, el PES y el PVEM dejan entrever que su propuesta de reforma no busca mejorar la legislación electoral, sino hacer cambios que favorezcan sus intereses personales y de partido.

La eliminación de la figura denominada gran perdedor me parece errónea, pues lo que esta pretendía era premiar a los candidatos a diputados más competitivos, que no hubieran ganado en los distritos por los que fueron postulados por el principio de mayoría relativa.

Esta figura no mengua la representación proporcional, ni la pluralidad partidista, ni el acceso a la representación parlamentaria de los grupos minoritarios, como se argumenta en la iniciativa del diputado Biestro.

Y sí en cambio la competitividad, pues ahora bastará aparecer en el número 1 de la lista de candidatos a diputados de representación proporcional para acceder a una curul plurinominal, siempre que el partido haya obtenido al menos el 3% de la votación válida emitida.

Con la figura del gran perdedor, los partidos que obtuvieran el 3% de la votación también tenían derecho a participar del reparto de diputaciones plurinominales, pero la primera posición no se le asignaba al primero de la lista sino al candidato de mayoría de ese partido que hubiese obtenido la más alta votación en los 26 distritos uninominales. Si el partido tenía derecho a una segunda diputación plurinominal, como consecuencia de haber computado más del 3% de los votos, ésta ya correspondía al primero de la lista de representación proporcional.

Una cuestión en la que sí estoy de acuerdo, mientras persista la opacidad de los partidos sobre los recursos que reciben, es en reducir el financiamiento público.

Sin embargo tengo mis dudas sobre las verdaderas motivaciones de la iniciativa del diputado Biestro, que no tienen como propósito la austeridad republicana, sino más bien recortar recursos públicos a los partidos opositores de Morena.

Otra duda que tengo es si la nueva fórmula de distribución del financiamiento público que propone el presidente de la Junta de Gobierno de la LX Legislatura sea anticonstitucional o contradictoria con la legislación federal vigente.

Lo que aún no tengo muy claro de la reforma de Biestro es el capítulo referente a las coaliciones y candidaturas comunes y a las limitaciones que pone a los partidos estatales, por lo que estos serán asunto de una próxima entrega.

 

EN CORTO

Este martes a las 18 horas se presentarán los tres tomos de la serie “Dinero ilegal y elecciones en Puebla”, escritos por los politólogos Alejandro Guillén Reyes, Salvador González Jaramillo y el periodista Sergio Mastretta Guzmán.

La presentación de los tres libros patrocinados por Puebla contra la Corrupción y la Impunidad será virtual, a través de Facebook Live.

Los comentaristas de la obra serán el poeta, escritor y filósofo Juan Carlos Canales Fernández, el doctor y profesor investigador de la UDLAP, Víctor Manuel Reynoso Ángulo, y el que esto escribe.

En la presentación participarán además los autores, que estarán conectados por Zoom.

El público en general podrá participar enviando sus preguntas, comentarios y críticas por el chat Facebook Live.

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