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Martes, 23 de Abril de 2024

AMLO y Modi

20 Abril, 2021
Ricardo Monreal
Gobiernos con pies en el territorio y alma social dan por resultado blindajes de popularidad envidiables.

El presidente de México y el primer ministro de la India, Narendra Modi (de 70 años), comparten algo más que ser dos mandatarios con los índices de popularidad más altos en sus países (el 62 y el 75 %, respectivamente, según Morning Consult).

Coinciden también en varios de los retos de gobernanza que la pandemia ha dejado en el planeta. Por ejemplo, los índices de contagio y muerte de connacionales son altos, pero la forma como están suministrando y aplicando las vacunas les ha dado un blindaje fuerte.

Ambos dirigentes han insistido ante la ONU en la necesidad de distribuir equitativamente las vacunas en todo el mundo, por un principio de elemental justicia social, pero también de protección sanitaria a escala global. De hecho, la India envío un lote de 870 mil dosis de su vacuna anti-COVID-19 a México, de un paquete de 58 millones que distribuyó en 70 países.

AMLO y Modi enfrentan oposición parlamentaria coaligada y un sector de medios de comunicación bastante críticos, pero también tienen bases sociales de apoyo y anclas territoriales que les permiten sortear las tormentas y los embates.

Creo que en esto último residen en gran medida el blindaje y la alta aceptación que ambos mandatarios mantienen en sus países.

Antes de la pandemia, Modi tenía un agresivo programa social para erradicar la pobreza en su nación, que combinaba inversión pública y privada en grandes obras de infraestructura (carreteras, presas, puertos, ferrocarril, aeropuertos y tecnología G5), así como apoyos económicos y alimentarios directos a la población en pobreza extrema.

Cuando Modi asumió el gobierno en 2014, la India ocupaba en la región el primer lugar con población en pobreza extrema (un 19 % de sus habitantes totales, es decir, 255 millones de personas, que sobrevivían con 1.90 dólares por día). Seis años después, el porcentaje se había reducido a un 10 %, y anunciaba la meta de disminuirlo en 2030 al 1 % de la población nacional.

La reducción de la pobreza casi siempre va acompañada de un crecimiento de la clase media. Bajo el gobierno de Modi, este segmento se expandió notablemente. Por ejemplo, en el año 2000, en la India había 120 mil personas que tenían más de un millón de dólares en patrimonio. En 2020, un millón de habitantes reportan tener ese patrimonio. El 20 % crecieron bajo este gobierno.

En la transición de pobreza extrema a clase media, ha sido estratégica una combinación virtuosa de política económica de crecimiento con una política social de desarrollo de capacidades educativas, productivas y financieras, vinculadas al autoempleo. Elevar el salario mínimo, becas para jóvenes estudiantes y microfinanciamientos a mujeres jefas de familia son los programas sociales más exitosos de Modi.

La crisis sanitaria obligó al gobierno indio a revisar su meta de reducción de la pobreza extrema, pero no a abandonarla como objetivo estratégico de gobernanza. La gestión de la pandemia dejará en la India un sector de salud pública más fuerte y preparado, en el que el desarrollo de una vacuna propia, con eficiencia y larga inmunidad, es sólo la punta de lanza.

En síntesis, gobiernos con pies en el territorio y alma social dan por resultado blindajes de popularidad envidiables. ¿Quieren que se los cuente otra vez?

 

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