Solapan acoso sexual en el Inpode

De qué sirve que el estado de Puebla tenga una Secretaría de Igualdad Sustantiva, que su titular Mónica Díaz de Rivera Álvarez sea una feminista de cepa —como ella misma se define— y una Fiscalía Especializada en Investigación de Delitos de Violencia de Género Contra las Mujeres, si cuando tienen que actuar, en lugar de proceder contra los acosadores, abusadores o violentadores de mujeres, la emprenden contra las víctimas.

Al menos eso es lo que ha ocurrido en el Instituto Poblano del Deporte (Inpode) con varias atletas de alto rendimiento que fueron acosadas por un entrenador cubano contratado por la Comisión Nacional del Deporte (Conade).

Algunas de las víctimas, entre las que figuran cuatro atletas de halterofilia o levantamiento de pesas, una de las cuales incluso lo denunció ante la Fiscalía General del Estado (FGE), pueden dar cuenta cómo en lugar de recibir la protección de las autoridades y sus superiores en el Inpode, las han revictimizado acusándolas de indisciplinadas, conflictivas y alcohólicas, prohibiéndoles el ingreso y el alojamiento en la Unidad Deportiva y Centro de Alto Rendimiento “Mario Vázquez Raña” y retirándoles los escasos apoyos que recibían.

De las denuncias en contra del entrenador cubano, que llegó al Inpode en febrero de 2020 por un convenio México-Cuba avalado por la Conade, tienen conocimiento la directora general del instituto, Yadira Lira Navarro; la directora del Desarrollo del Deporte, María Cristina Madrid Solís; el responsable de Normatividad y Fomento Deportivo, Daniel Moncayo Cervantes, quien tiene a su cargo a los atletas de alto rendimiento; y Jethse Castañeda, metodólogo de tiempo y marca y entrenador de las levantadoras de pesas.

Éste último en más de una ocasión insultó a una de las acosadas, llamándola borracha, no obstante que en su trayectoria ha obtenido más de 15 medallas en las Olimpiadas Nacional y Juvenil, y ha sido subcampeona Primera Fuerza 2019 y campeona nacional de Primera Fuerza 2020.

Las autoridades y funcionarios del Inpode seguramente saldrán a decir que ya tomaron cartas en el asunto y que el entrenador cubano ya dejó de prestar sus servicios en el Instituto, lo cual es relativamente cierto.

Digo relativamente porque esto habría ocurrido apenas el mes pasado, no obstante que las quejas y denuncias penales en su contra datan de febrero de 2021, y que la Fiscalía Especializada en Investigación de Delitos de Violencia de Género Contra las Mujeres ya se había girado una orden de restricción que le impedía acercarse a una de las atletlas, a la que también, por cierto, se le quitó el alojamiento en el Centro de Alto Rendimiento “Mario Vázquez Raña”.

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