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Miércoles, 24 de Abril de 2024

La metamorfosis en Puebla Capital

7 Octubre, 2021
Leticia Montagner

Hace tres años llegó Claudia Rivera Vivanco como Presidente Municipal. Era diferente a la que ahora sale de la alcaldía de Puebla Capital, hasta en el nombre.

Llegó por el partido Morena y como muchos alcaldes, con la esperanza de la ciudadanía. Se esperaban ganas de trabajar, de resolver problemas, de empoderar a la ciudadanía y muchos buenos deseos, pero al final del trienio, solamente quedaron en eso, buenos deseos. Dicen que el camino al infierno está lleno de buenas intenciones.

Es inexplicable, desde el punto de vista del marketing político, la frase de su campaña de despedida: Tres años son un buen principio.

Quizás, en caso de haberse reelegido hubiera sido adecuado, pero al terminar lo que muchos llaman una de los peores administraciones municipales de la historia, la frase suena a burla para los ciudadanos, quienes son muy mal pensados y dicen que seguramente ya piensa en otro trabajo a expensas de Morena.

Se va el día 15 de octubre del Ayuntamiento y también, de acuerdo a la publicidad de su Tercer Informe, lo firma como Clau Rivera, con una imagen muy diferente, es otra, mucho más joven de cuando entró al Palacio Municipal, tan diferente que muchos no la han reconocido, ataviada con un sobrio traje negro, contrastante con el blanco que utilizaba a su llegada.

El caos heredado en Puebla Capital es muy grande. La inseguridad aumentó considerablemente, los vendedores ambulantes son los dueños del Centro Histórico y muchas otras arterias citadinas, los camellones de muchas colonias, sobre todo en el sur, parecen una selva inhóspita; los baches proliferan por todo el municipio, los semáforos no sirven o están descontrolados y descoordinados, además de que instalaron algunos en calles donde no hay tráfico vehicular.

Además, deja un conflicto con los locatarios del mercado de Amalucan, la falta de remodelación de la Central Camionera y calles del Centro Histórico, algunos escándalos no aclarados de corrupción, además de su pelea permanente con el Gobernador del Estado, Miguel Barbosa Huerta, de su mismo partido.

En lugar de invertir dinero en obra pública o en remediar algunas necesidades apremiantes de los poblanos, se dedicó al ahorro de recursos; otros recursos, por no saber aplicarlos fueron devueltos a la Federación.

La colocación de bolardos y remodelacion de calles y cruceros con la consiguiente reducción de carriles para una buena movilidad vehicular, construcción de ciclopistas donde no circulan bicicletas.

Y además de todo se presentó y persiste aún la pandemia del coronavirus, sin duda un buen pretexto para no gobernar a plenitud.

Y como fin de fiesta, la desconcertante remodelación (?) del Zócalo, donde una parte fue, dice textualmente el boletín de prensa, la limpieza con agua de los pisos de mármol de Santo Tomas.

No consiguió reelegirse por razones obvias. La mayoría ciudadana le negó su voto y optó por otra opción. La alcaldesa tiene altos negativos y una calificación reprobatoria de parte de sus gobernados y pese a ello tiene ganas de continuar en la política poblana.

Por eso escribimos: Hace tres años llegó una Claudia y ahora sale otra: Clau.

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