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Lunes, 6 de Mayo de 2024

¿Dónde están los que le lloraban a Martha?

26 Abril, 2024
Ricardo Morales

El25 de diciembre de 2018, un día después de la muerte de la gobernadora de Puebla, Martha Erika Alonso y de su esposo, Rafael Moreno, se llevaron a cabo las exequias de ambos personajes en la plaza de la Victoria, construida por el extinto gobernador.

Al lugar arribaron muchos de los antiguos colaboradores de los fallecidos mandatarios, mientras sus padres, doña Gaby y Rafael Moreno Valle Suárez, aguantaban estoicos a que iniciara la ceremonia mediante la cual, se le daría la despedida a la pareja. El discurso correría a cargo del ex alcalde capitalino, Luis Banck, quien había viajado toda la noche desde la ciudad de Houston, en donde iba a pasar las fiestas junto con su familia.

Poco antes de iniciar la ceremonia, al lugar arribaron la entonces secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, del brazo del ex gobernador, Tony Gali Fayad, amigo de la ex ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y quien llevaba la representación para ese evento del presidente López.

Mientras Gali y Sánchez Cordero atravesaban la plaza de La Victoria, para dirigirse al lugar en donde se encontraban los restos de Martha y de Rafael, los asistentes a las exequias comenzaron a gritar a todo pulmón, “asesinos, asesinos, asesinos”.

El quintacolumnista, Mario Alberto Mejía, consignó en ese entonces que la ex ministra Sánchez Cordero y secretaria de Gobernación intentó acercarse a los padres de Rafael, con quienes también mantenía una buena relación; pero, doña Gabriela Rosas, se volteó de inmediato para evitar que la funcionaria federal le diera el pésame.

Mientras todo esto ocurría, se mantenían los gritos de los morenovallistas, “¡asesinos, asesinos, asesinos!”, era claro que culpaban al presidente López de ser el responsable de la caída del helicóptero en el cual viajaban Martha y Rafael.

Luis Banck comenzó a darle lectura a su mensaje, un texto duro, fuerte, en donde se responsabilizaba al gobierno federal de la tragedia y se le demandaba el esclarecimiento de la muerte de los dos, para ese entonces, ex mandatarios poblanos. Ambas familias, la de Martha y la de Rafael habían aprobado unas horas antes el texto.

Las lágrimas de todos los presentes se sumaban a los gritos de “¡asesinos, asesinos!”. La suerte de Puebla había quedado prácticamente sellada, el morenovallismo entraba en la ruta del destierro, daría paso en unos meses a un interinato y más tarde al barbosismo. Su peor pesadilla estaba por cumplirse.

Irónicamente, a casi seis años de la muerte de Martha Erika Alonso, la mayor parte de los que le lloraban en la plaza de La Victoria y que se desgañitaban llamado “asesino” al presidente López Obrador, hoy trabajan para un gobierno emanado de Morena, algunos hasta son candidatos y ahora se enfundan en las playeras guindas, verdes o rosas de la alianza, de a quien culpaban de haber matado a su candidata.

No cabe duda, bien lo dijo alguien recientemente, recordar es volver a vivir. Hoy el morenovallismo le sirve a Morena, a esos que, en su momento, les gritaron, “asesinos”.

Para concluir, el helicóptero en el que murieron Martha y Rafael, así como sus otros acompañantes, despegó ese funesto 24 de diciembre de 2018, de la casa del hoy candidato a la presidencia municipal de Puebla, José Chedraui Budib, esto se supo en su momento, gracias al periodista y director de Intolerancia Diario, Enrique Núñez, ya que inicialmente se dijo que el Agusta había salido del edificio del Triángulo.

Reitero, muy cierto, recordar es volver a vivir.

¿Con quién está el arzobispo? El pasado jueves, los dos aspirantes que se disputan Casa Aguayo, Alejandro Armenta y Eduardo Rivera Pérez, presumieron, a través de sus redes sociales, sendos encuentros con el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa.

Es obvio que el objetivo de ambos personajes es el demostrar que cuentan con el apoyo del jerarca de la iglesia católica en Puebla, entidad que, si por algo se caracteriza, es por tener aún, mucha población que profesa esta fe y sobre todo, múltiples párrocos que son auténticos líderes en sus respectivas regiones.

Es un hecho que el arzobispo es un “viejo lobo de mar”, que se las sabe de todas, todas y que también sabe hacer política, sus hermanos y familiares, han ocupado puestos de elección popular en diferentes localidades de la mixteca poblana de la cual es originario.

Por esta razón, es lógico que se tome la foto con los dos, aunque lo realmente interesante es, ¿para quién va a operar el prelado? ¿Para Armenta? ¿Para Eduardo?

Cabe señalar que, la Conferencia del Episcopado Mexicano, emitió recientemente un comunicado, mediante el cual condenaba la violencia en el país y el uso de la imagen de la santa muerte.

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