El próximo gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha hecho muchas promesas económicas, pero la única peligrosa está en su proyecto energético.
“La única promesa grande y peligrosa es en energía, las otras son pequeños desajustes”, comentó el economista en jefe para América Latina de la firma Principal, Valentín Carril.
El analista de origen chileno cita la intención de Rocío Nahle, propuesta para encabezar la Secretaría de Energía (Sener), de establecer una agresiva propuesta de corte nacionalista: 80% del contenido nacional en los contratos petroleros.
“Seguro no le va a gustar a Trump”, dice el economista de Principal.
El analista menciona que estas medidas pueden ser contrarias a las reglas de la Organización Mundial del Comercio, sumadas a un contexto de crisis diplomática y comercial por la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) entre México Estados Unidos y Canadá.
En el nuevo modelo energético, los contratos comienzan con un contenido nacional de 13% en áreas como aguas someras y campos en tierra donde hay experiencia nacional, con tendencia a alcanzar el 35% en los siguientes años. Pero en aguas profundas y ultraprofundas, este requisito es menor por la falta de experiencia de la industria local.
“Brasil, por ejemplo, le apostó a una muy agresiva política de contenido nacional bajo la presidencia de Luiz Inacio Lula da Silva. Al principio, parecía factible. Sin embargo, una década después, se volvió evidente que la política se había convertido en un lastre y se terminó revirtiendo”, detalla la plataforma Pulso Energético en su sitio web.
Información de Forbes
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