Tochimilco, Pue.- El aspecto más notorio del cambio de poderes en Tochimilco es el “desorden administrativo” y la ausencia física de quién hasta el pasado domingo fungió como alcaldesa: la panista Albertana Calyécatl.
De acuerdo con algunos de los nuevos funcionarios del ayuntamiento, en el cambio de mando de la policía que sucedió en los últimos minutos del pasado domingo y vital para no generar vacíos en seguridad pública, la ex funcionaria no llegó.
Y el director de Gobernación fue quien finalmente dejó en manos de las nuevas autoridades esa cartera.
Este lunes durante el último momento de la entrega- recepción, Calyécatl “estuvo 20 minutos y desapareció”.
Y lógicamente para el acto protocolario de la toma de protesta no decidió aparecerse.
El dato más importante y que resume el cambio de gobierno en este lugar es que un representante de la Contraloría pidió a las nuevas autoridades de plano levantar un acta con las irregularidades encontradas.
Así, bajo las sombra del monumental ex convento católico construido hace más de cuatro siglos, Aurelio Francisco Tapia Dávila tomó protesta.
Tapia Dávila hace tres meses estaba en su negocio de materiales en la cabecera cuando la misma Calyécatl entró para invitarlo a ser candidato, porque nadie más quería.
Y la ruptura llegó cuando su mentora intentó imponer a sus incondicionales, asunto que ya no permitió el ex chofer de un trascabo.
“El primer paso será cambiar la imagen urbana de Tochimilco para llamar más la atención de los turistas. Y conseguiremos un cuerpo de policía digno y eficiente”, destacó en una pequeña plazuela ubicada a un costado del palacio municipal inhabilitado por el sismo del pasado 19 de Septiembre.
Más de mil 500 personas asistieron al evento en un lugar en donde se gana la contienda hasta con 700 u 800 votos.
El calor sofocante y el olor a mixiotes y arroz comenzó a generar prisa entre los hombres y mujeres indígenas y campesinos.
Fotos: Lena Velázquez
GJ