De acuerdo con Hernán Vázquez Miranda, investigador del Instituto de Biología (IB) de la UNAM, la pérdida de especies en el planeta pasa por una situación que va de seria a extremadamente grave, pues de las conocidas, muchas están amenazadas: el 70 por ciento de anfibios, 25 por ciento de mamíferos y 14 por ciento de las aves.
El científico señala que la vida silvestre se conforma de especies no domésticas, “las que existen más allá de nuestra puerta, en el mundo natural, ya sea en un parque, bosque, selva o mar, y que conforman 99.9 por ciento del total de los organismos que existen en el planeta: animales, hongos, bacterias, virus y plantas”.
El problema para la biodiversidad es la pérdida del entorno natural debido al crecimiento de la población humana: los bosques son talados y destruidos, y cientos o miles de especies desaparecen con cada manchón de selva que transformamos en pastizales para alimentar vacas, o en desarrollos para que viva la gente.
Cabe señalar que el investigador señaló que las pérdidas no son sólo de animales y plantas, sino de los servicios ecosistémicos que brindan. Por ejemplo, los colibrís además de polinizar plantas y ser reconocidos por su belleza, se alimentan de insectos, que de no ser controlados afectarían a la humanidad. Lo mismo ocurre con los murciélagos: “sin ellos no habría tequila ni mezcal, porque polinizan los agaves, pero también controlan poblaciones de mosquitos; si desaparecieran, tendríamos epidemias terribles de dengue y malaria”, aseguró el experto en ornitología.
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