Domingo, 27 de Diciembre de 2020 17:07 | Municipios Puebla

Mick Fleming pasó de ser narcotraficante a ser pastor en Inglaterra

La vida del pastor Mick Fleming no siempre se ha basado en ofrecer amor y cuidados

La vida del pastor Mick Fleming no siempre se ha basado en ofrecer amor y cuidados.

Antes de convertirse en pastor religioso para alimentar y vestir a los pobres de Burnley en Reino Unido, este hombre era un peligroso y violento traficante de drogas.

Un momento de revelación lo cambió todo.

Esta es su historia.

La revelación

Son las diez de la mañana en una cruda zona industrial lejos en el condado de Lancashire. Mick Fleming, de 43 años, espera a alguien fuera del gimnasio.

Mick está dentro de un carro robado con el motor encendido. Lo que está a punto de hacer tiene que ser rápido.

"No había sol, era un día denso y oscuro. Conocía su rutina, todo sobre él. Era un traficante más de drogas, igual que yo", cuenta.

Mick era un bien establecido negociador del ultramundo del noroeste de Inglaterra. Era el hombre al que telefoneaban para liquidar deudas de drogas.

Cuando recibió la llamada, significaba que alguien le debía algo a gente igual de peligrosa. Había que hacerles daño, mucho.

"Tenía la pistola dentro de una bolsa de plástico, en el asiento del pasajero, bien envuelta. Podías ver la forma del arma. No quedarían restos de ADN. Seis balas, resorte cargado. Nunca falla".

Mick no tuvo que esperar mucho.

"Le vi irse del gimnasio. Pero esta vez fue diferente. Iba con dos niñas pequeñas, rubias, de alrededor de 5 años. Salí del auto y caminé pistola en mano. Entonces miré de nuevo a las niñas, sus caras y cabellos. Inocentes".

Y sucedió.

Mick lo describe en detalle. Dice que vio una especie de luz cegadora saliendo de una de las manos de las niñas.

"Era blanca, blanca brillante. No pude ver durante 15 segundos. Era como mirar al sol y me quedé paralizado", recuerda.

Mick no sabe exactamente lo que pasó ese día, pero hay algo de lo que está seguro: ese momento cambió su vida para siempre.

"Colapsé. Me fui de vuelta al auto. Me sentía enfermo; temblaba, sudaba y mi corazón latía con fuerza. Escuchaba mi pulso como si estuviese dentro de mi cabeza. No sabía qué me ocurría".

Entonces, dice, pidió ayuda a Dios. Nada pasó. Lo único que rompía el silencio era Johnny Cash sonando en la radio. La canción era "Man in Black".

"Me sentía como si fuese 'Man in Black'. A esas alturas de mi vida había sido arrestado por intento de asesinato, secuestro, delitos de armas de fuego. Quería morirme. Ya había tenido suficiente".

Mick agarró la pistola, la apretó contra su mandíbula y pulsó el gatillo. No se disparó.

"Rompí a llorar. Las lágrimas no dejaban de caer. Volví a sentirme enfermo. Vomité, rompí la radio; mi mano sangraba. En ese momento me veía tal y como era. No había llorado en décadas. La última vez tenía 11. Sentado en el carro sentí que lloraba por ese niño que era y por la vida que pude tener".

Mick colapsó. Su violento pasado había llegado a saldar cuentas. Era el fin de décadas de sufrimiento.

Cambio de vida

Fue en 2009 cuando ocurrió el incidente en que Mick se reencontró consigo mismo fuera del gimnasio con la pistola envuelta en plástico. Lo que sucedió en el auto, el llamado de auxilio a Dios y el intento de suicidio propiciaron la intervención de las autoridades.

"En menos de 24 horas me procesaron bajo el Acta de Salud Mental. Mi nueva casa era la unidad psiquiátrica del hospital de Burnley. No tenía nada más que la ropa con la que llegué".

Por extraño que parezca, dice Mick que se sentía como en casa. Los pacientes le hacían sentir querido y cuidado. Le daban cigarros, ropa, zapatillas.

"Había gente esquizofrénica sin tratar, masoquistas, gente muy enferma, alcohólicos vulnerables. Pero me daban cosas básicas porque veían que yo no tenía nada. Estaba abrumado".

Fue aquí cuando Mick conoció al pastor Tony, quien solía visitar la unidad. Juntos rezaban y charlaban. Mick volvió a sentir emociones. Comenzó a ayudar a otros. Era el final de una vida traumática y el comienzo de una nueva llena de esperanzas.

 

BBC

Foto: Especial 

cdch