Imagínese este trabuco: Alejandro Moreno “Alito”; Santiago Creel y sus negocios en el Poder Judicial; y a Paquita la del Barrio, "el Pato" Zambrano, tanto en lo federal, como en lo estatal. La oposición ahora sí puso a temblar al presidente Andrés Manuel López Obrador y a su Cuarta Transformación. Ahora sí, la revolución de AMLO está en riesgo pues este tipo de personajazos estarán buscando acabar con la supremacía de Morena en la Cámara de Diputados, y pelear palmo a palmo los congresos locales, alcaldías y algunas gubernaturas. Y si a las grandes guras de la oposición le suma usted que, en algunos casos, Morena está también postulando a algunos impresentables, la Cuarta Transformación del país está en riesgo, hay señales de alerta y el semáforo electoral está en rojo.
Y, en Guerrero, el “Plan B” no es mucho mejor que el “A”. Si por alguna muy poco probable causa tuvieran que bajar de la candidatura a Salgado Macedonio, su sustituto no está como para presumir. Se trata de Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, ¿le suenan los apellidos, le salta el abolengo?, pues en efecto, se trata del hermano de la zarina anticorrupción de la 4T, la secretaria Irma Eréndira Sandoval Ballesteros.
Desde luego que el problema de don Pablo no es ser hermano de doña Irma, pues eso sería para él un timbre de honor, ya que la secretaria ha sido impecable cuando de combatir casos de corrupción del pasado se trata. Doña Irma ha investigado a fondo, salvo en honrosas excepciones, como el de ella misma y sus inmuebles, o el caso de Manuel Bartlett y sus múltiples e inexplicables propiedades.
Así que el delito por el que puede ser acusado Pablo Amílcar no es de portación de hermana prohibida, sino porque se la pasó dos años haciendo campaña a costillas de los programas.
Y además no ayuda mucho que el mero mero líder de la revolución, AMLO, haya dicho que el caso de Salgado Macedonio, su buen amigo, es un asunto partidista, es politiquería. Así, aunque todos sabemos que la 4T es feminista, las palabras del Presidente podrían ser utilizadas por las fuerzas opositoras como un espaldarazo a Félix Salgado. Si Morena no abre los ojos y busca candidatos de peso, la alianza conservadora PAN-PRI-PRD, puede dar un susto a los libertadores de la 4T y quitarles la mayoría, que tanto necesitan para poder consolidar la transformación del país. La cosa es seria, no puede haber improvisaciones, tienen que poner a sus mejores mujeres y hombres pues enfrente tendrán a verdaderos titanes. No cabe la soberbia, no es momento de minimizar al adversario. Por ejemplo, se podría decir que el panista Santiago Creel no ha ganado en su vida una elección, vaya ni para jefe de manzana, que cuando fue diputado y cuando fue senador no llegó por medio del voto, sino como plurinominal; que perdió cuando compitió contra AMLO por el gobierno de la CDMX; que perdió la contienda interna frente a Felipe Calderón cuando buscó la presidencia de la República, que fue coordinador de campaña del candidato perdedor a la presidencia en 2018, Ricardo Anaya, o que no fue uno de los mejores secretarios de Gobernación de la historia, cuando ocupó ese cargo en el sexenio del panista Vicente Fox y firmó y autorizó muchos permisos para casinos.
Sin embargo, que todo lo anterior no lo predisponga, no se haga ideas, ¡cuidado!, pese a todas esas derrotas acumuladas, se le debe de reconocer a don Santiago que tiene mucha autoestima, pues pese a no haber ganado nunca una elección sigue intentando y eso no es poca cosa. Además, por si las dudas, en esta ocasión Creel también irá a la Cámara como candidato plurinominal, es decir, sin necesidad de hacer campaña podría ocupar una curul. Y si eso es en el PAN, en el PRI no venden piñas, también tienen con qué para competir. Ahí está el machuchón de Alejandro Moreno “Alito” como le dicen sus amigos, o AMLITO, como le dicen sus enemigos. Aunque muchos creen que don Alejandro es vulnerable, pues hay muchas sospechas de que durante su paso como gobernador de Campeche amasó una gran fortuna, en realidad el hoy presidente nacional del PRI es un precandidato de lujo que aspira, incluso, a ser el coordinador de la bancada priista en la próxima legislatura. Y aunque algunos malintencionados dicen que Alito juega a favor del presidente AMLO –de ahí lo de AMLITO- en realidad es un priista de cepa –de sepa usted-, que si requiere negociar con el demonio, se sienta y transa con él.
Así que los morenistas cometerían un error al subestimarlo y pensar que es fácilmente moldeable. Aunque pues de que se puede moldear, se puede moldear, pero no es tan fácil y, desde luego, no es nada barato.
Columna Arlequín
El Universal
Foto: Archivoe
cdch