Sábado, 11 de Septiembre de 2021 07:25 | Municipios Puebla

Presupuesto 2022 y política industrial

El nuevo secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, presentó su muy esperado Proyecto de Presupuesto para 2022

La información disponible relata que, a pesar de las malas condiciones que el país sufre, la SHCP espera que el año entrante el PIB crezca 4.1%, procurando mantener la inflación tan cerca como posible a la meta del 3% señalada por el Banco de México.

Se aumentará un 17.7% el gasto para los programas sociales, particularmente los destinados a adultos mayores y estudiantes. Queda claro que continuarán montándose los grandes proyectos más conocidos del Presidente de la República, con los consabidos incrementos en costos de última hora. Lo anterior se hará sin aumentar impuestos.

Habrá que ver cómo se atenderá la caída en recursos del gobierno para 2022, para lo cual  el secretario mencionó coberturas petroleras, la línea de crédito flexible con el FMI, las reservas internacionales por más de 200 mil millones de dólares y las líneas swap con el Tesoro y la Reserva Federal estadunidenses, con valor conjunto cercano a 70,000 mdd.

El Presidente ha intentado obtener recursos del Banco de México, afectando afores y fondos como el de Emergencia por Desastres. El SAT continuó con éxito su tarea de cobrar adeudos a los más grandes causantes, lo que ayudó a que la recaudación fiscal no sufriera tanto en 2021 por la recesión y la pandemia.

López Obrador  se alegró con el crecimiento de las remesas de nuestros compatriotas en Estados Unidos y que bien pueden llegar este año a más de 40 mil millones de dólares. Lejos de anotarse como un logro de la administración, esas entradas expresan la solidaridad con los quebrantos que sufren sus parientes en México.

Nada que se intente o se haga, sin embargo, ocultará que lo que a México urge es aumentar la actividad de producción real que genere empleo, que cubra la demanda interna y que se exporte ampliamente. Los programas sociales, indudablemente justificados que se refuercen, atenderán sólo la fase de consumo que realizan los acreditados y sus familias. Falta equilibrar el rescate con el apoyo financiero que requieren las unidades que tripulan la fase de producción del ciclo económico.

El lema “primero los pobres” excluyó a las indispensables unidades agroindustriales e industriales pequeñas y medianas que ocupan más de 95% de la fuerza laboral. Muchas de ellas han sucumbido a la recesión y la pandemia. Las demás apenas sobreviven. La integración industrial que hemos acordado con nuestros vecinos al norte espera a las pymes, a las que está reservado un papel central para que nuestras exportaciones cumplan los requisitos de origen nacional y regional fijados en el T-MEC. Son éstas las que, por su naturaleza y dimensión, están marcadas para formar las famosas cadenas de valor que generen los insumos y componentes y artículos terminados que animan al T-MEC

Más que nunca, pues, necesitamos reestablecer una política industrial que articule un sector privado nacionalista a aprovechar los recursos humanos y naturales que México desperdicia. Una Secretaría de Economía con drástica reducción de presupuesto en 2022, a la que ya se le habían restado funcionarios de promoción de exportaciones, y ahora sin más posibilidad que ofrecer un magro apoyo de 25 mil pesos a las empresas que se le acercan, se enfrenta a la urgencia de atender a las pymes. Mientras pase el tiempo sin dar respaldo financiero a esas indispensables industrias, seguiremos importando artículos para los que aquí hay amplia capacidad para fabricar.

La falta de una política industrial, como las que existen en otros países, llega al extremo de no aplicar siquiera las preferencias reglamentarias que favorecen al producto mexicano. Nuevamente, se cita el caso de los trolebuses chinos que hoy día circulan en la CDMX. En esa misma tónica se darán otras iniciativas públicas que ignoren a empresas y trabajadores mexicanos que hace años arman, fabrican y con éxito exportan camiones y autobuses.

La corta reunión de alto nivel que se celebró en Washington el jueves pasado por la tarde entre la vicepresidenta Harris, el secretario Blinken, el canciller Ebrard y la secretaria Clouthier, no sólo aludió al T-MEC, sino tambiñen al angustiante y en todos sentidos muy costoso problema de la migración en nuestra área. Se dejó en claro que su solución pasa por la creación de empleo. Se declaró que las pymes son la base de la que se arranca. En el programa estratégico regional de 4 mil millones de dólares propuesto por el presidente Biden para Centroamérica cabe incluir los programas Construyendo el Futuro y Sembrando Vida. 

Los horizontes se presentan bastante nublados para el 2022. Vienen conflictos y contradicciones más complejos que antes, como corresponde a un país de 130 millones de habitantes acostumbrados a aplazar problemas en lugar de atajarlos. Realidades internas y externas aguzadas por la inercia de los tiempos ya no admiten autoengaños o complacencias.

Cumplidos los primeros 200 años de independencia nacional, México emprende otro largo ciclo que de seguro será muy  innovador. Por el momento, sin embargo, toca no dormirnos. Nos podría suceder lo que al camarón del cuento. 

Columna de Julio Faesler 

Excélsior

Foto ArchivoM

vab