Atlixco, Pue.- Como ya parece costumbre en cada arranque de la llamada jornada Correcaminos en esta ciudad, durante las primeras cuatro o cinco horas aparece el desorden total y después la quietud casi total en el lugar sede, en este caso el Complejo Médico Gonzalo Río Arronte.
Y para la convocatoria de los menores de cinco a 11 años de edad, la cual este miércoles tuvo el primer llamado y concluirá el viernes próximo, no hubo excepción alguna. Los parámetros se cumplieron.
Es decir, cientos de padres con hasta tres o cuatro pequeños entre los hijos y los nietos, llegando muy temprano para apartar lugar, el enojo y la frustración de un grupo importante de ellos por no avanzar rápido la fila y hasta la imposibilidad de no resolver dónde los chicos harían del baño.
En algún momento determinado la fila de asistentes, partida en dos por decisión de los encargados de la logística y despertando la bilis decenas de adultos mayores por perder su lugar, llegó hasta los dos kilómetros. Y el calor ya comenzaba a pegar de manera contundente.
Tal y como sucedió en versiones pasadas de vacunación, cuatro o cinco horas después del inicio los alrededores del hospital lucían prácticamente sin familias. El protocolo era rápido y en menos de 20 minutos estaban de salida. A diferencia de quienes aparecieron ahí a las seis de la mañana y se fueron 240 largos minutos después.
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