Atlixco, Pue.- Tradicionalmente los atlixquences completan vueltas al zócalo los domingos por la tarde- noche para lucir parte de su guardarropa, pero sobre todo para socializar y hasta encontrar pareja.
Las familias completas ocupan las famosas bancas para mirar cómo pasan, en su vueltas, el resto de personas.
Es una tradición aún vigente. Sin embargo, desde hace más de un lustro la noche del primero de noviembre esa placeada de atlixquences tiene otro sentido: es la oportunidad de mostrar plena y decididamente todo tipo de trajes y caracterizaciones.
Los más pequeños, en compañía de sus padres y vestidos de mini calaveras y mini catrinas generalmente, piden dulces.
El resto es una combinación de monstruos de todo tipo. Incluso hasta quienes con cartulina en mano piden un peso a cambio de besos.
Foto Lena
aj