En el tercer trimestre del año tuvimos los mejores resultados en materia de crecimiento de la economía en mucho tiempo.
El crecimiento de 4.3 por ciento rebasó hasta las estimaciones más optimistas que se habían creado a partir de los resultados del Indicador Global de Actividad Económica (IGAE) de agosto.
Si usted ve la serie de crecimientos del PIB de trimestres previos me dirá que en 2021 hubo otros en los cuales la tasa fue más elevada.
Y, en efecto, así fue. Pero en buena medida se explica por el efecto de rebote que tuvo la economía tras la crisis del 2020.
En este caso, el valor del incremento trimestral fue de 182 mil de millones de pesos a precios constantes respecto al trimestre previo. La cifra se compara favorablemente con el aumento de 167 mil millones de pesos que se dio en el trimestre previo.
Pero, además, las cifras del INEGI confirmaron algo que ya le habíamos adelantado. El crecimiento ocurrió en buena medida por el desempeño del sector terciario de la economía, compuesto principalmente por comercio y servicios.
En el segundo trimestre, 63 por ciento del crecimiento se originó en el sector terciario de la economía, mientras que en el tercer trimestre ese porcentaje subió a 76 por ciento.
Lo sorpresivo del resultado trimestral ha conducido a diversos expertos a revisar significativamente hacia arriba su estimación de crecimiento al punto que algunos ya estiman hasta 2.7 por ciento para el año.
De hecho, es el promedio que ya se registra en los primeros tres trimestres del año.
Para alcanzar un 2.7 por ciento en el cuarto trimestre, sería suficiente que en el último trimestre el PIB no cayera en más de 0.4 por ciento en el cuarto trimestre respecto al anterior.
Una economía crece más en la medida que se ocupe tanto el motor de las exportaciones como el correspondiente al mercado interno.
Anteriormente, dependíamos por entero de las exportaciones y era poco lo que contribuía al crecimiento el mercado interno.
Como le expresaba anteriormente, con la medición referida, ahora estamos al revés. Es el mercado interno el que más crece sin que las exportaciones se frenen.
La duda que se va a presentar es ¿en qué medida el buen comportamiento del mercado interno se va a extender hasta el 2023?
Se ve complicado por el efecto acumulado del alza de las tasas de interés que encarecen el crédito y que terminarán por frenarlo, al mismo tiempo que será inevitable ver también un menor crecimiento en las exportaciones.
Sin embargo, el hecho de que el mercado interno tenga un buen comportamiento servirá sin duda como un importante amortiguador de una potencial recesión en los Estados Unidos.
El alza inevitable
Mañana, el Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal anunciará un nuevo incremento de 0.75 por ciento en las tasas de referencia.
Con ello llegarán al 4 por ciento. Si compara esta tasa con el nivel de inflación de Estados Unidos, que se encuentra arriba del 8 por ciento, seguirá muy por debajo de la inflación y estará lejos de ser una tasa de una política restrictiva.
Sobre esta base, se puede anticipar que tendremos todavía alzas por un lapso prolongado.
Y, mientras en México tengamos inflación elevada, probablemente también seguiremos con alzas en México.
Si faltaban razones para suponerlo, el incremento de 4.3 por ciento en el PIB en el tercer trimestre de este año será uno de los factores que inducirán a seguir con los incrementos.
El próximo 10 de noviembre seguramente veremos una tasa de 10 por ciento en nuestro país.
Columna de Enrique Quintana
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