Huaquechula. – La junta auxiliar de San Juan Huiluco, perteneciente al municipio de Huaquechula, está de fiesta con su tradicional Carnaval de los Huizos y Pilolos, donde participan sus pobladores y al final del evento, se invitan tamales elaborados con carne de cerdo o algún guisado.
Ciudadanos de Huiluco comentaron que desde el día lunes, se efectuó el tradicional paseo de los marranitos, cuyo significado es que aún se puede comer carne hasta el día martes antes de que inicie la cuaresma, mientras que, durante este Miércoles de Ceniza, sólo se ofrecerá a pobladores y visitantes torta de camarón.
Detallaron que este carnaval inicia minutos después de la medianoche porque es la hora en que se aparece el demonio, asusta o despierta a los habitantes, por eso, es que comienzan con recorridos en las calles de San Juan Huiluco, hasta que los primeros rayos del sol, y el demonio se esconde para reaparecer al atardecer que es cuando hay más actividad.
En el carnaval participan los pilolos que son hombres disfrazados, y se identifican por llevar petates y sombreros con plumas, y representan al mal, pero son combatidos por los huizos. El objetivo es alejar el mal de este evento, pero también de la comunidad.
Antonino Soriano, director de la Casa Popular de Cultura en San Juan Huiluco, explicó que la batalla campal forma parte de una costumbre ancestral; ahí participan los habitantes de los dos barrios, donde un producto natural fundamental para el ataque es el zapote.
Indicó que hombres y mujeres de cualquier edad participan en la Batalla de Los Zapotes, la cual se lleva a cabo en el zócalo, considerado punto central para dividir a los dos barrios. Los zapotes van colocados en forma de collar conocido como rosario, en los cuellos de los participantes para después golpearse con ellos en el cuerpo.
Agregó que en el caso de los huizos, es la danza principal que le da identidad a Huiluco. Los hombres se disfrazan de mujeres que representan a la semilla que deberá sembrar o renacer como parte de la naturaleza previo a la llegada de la primavera, en tanto que la mujer puede disfrazarse de manera invariable sin perder el toque del carnaval.
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