La tragedia acaecida ayer en el hospital del IMSS de Playa del Carmen ha conmocionado a la opinión pública nacional. Según ha trascendido, el hospital habría subrogado a una compañía privada el mantenimiento de los ascensores. Mientras las investigaciones continúan su curso, un empleado ha sido detenido por las autoridades.
Esta clase de sucesos, desafortunadamente, ocurren en México y en el mundo. Ningún gobierno, en consecuencia, queda exento de verse obligado a hacer frente a tragedias que cobran la vida de hombres, mujeres y niños. Puede suceder durante la gestión de un gobierno de centro, de derechas o de izquierdas.
Por tanto, sería una irresponsabilidad atroz y una falta de moral política culpar al presidente AMLO de lo sucedido en Quintana Roo. Sin embargo, lo que sí se ve es una brutal hipocresía en el manejo mediático de los acontecimientos trágicos que tuvieron lugar durante los gobiernos de Calderón y Peña Nieto en comparación con los sucesos ocurridos bajo la presidente administración.
La tragedia la guardería ABC marcó la presidencia de Felipe Calderón. La oposición, en aquel momento, el infatigable López Obrador, acusó con viva voz a un gobierno negligente que no utilizó los recursos del Estado para la prevención de lo sucedido.
Lo mismo ocurrió con los sucesos de Ayotzinapa durante la presidencia de Peña Nieto. El opositor AMLO y la opinión pública nacional descontenta con el gobierno del priista se dedicaron durante años, léase, el resto del gobierno del mexiquense, a organizar marchas, convocar mítines, pintar paredes, y en suma, recordar a la nación mexicana que el gobierno federal habría sido presuntamente corresponsable de la desaparición de los normalistas.
En años recientes, con AMLO, todo parece haber cambiado. A diferencia de la guardería ABC y Ayotzinapa, las tragedias quedan en el olvido. La muerte de los migrantes en el centro de retención de Ciudad Juárez no condujo al cese de ningún funcionario –ni siquiera del director general del INM- y mucho menos, del secretario de Gobernación. En contraste, AMLO, con sus polémicas distracciones mañaneras y con ese talento para definir la agenda mediática del día, apostó exitosamente al olvido.
Lo mismo sucederá con la tragedia del IMSS. Mientras las autoridades federales anuncian la apertura de una carpeta de investigación, AMLO distraerá a la opinión pública y hará posible que el trágico suceso desparezca de los medios nacionales.
¿Cúal es la razón por la que las tragedias bajo otros regímenes perviven en la memoria de los mexicanos mientras otras desparecen? En mi opinión, AMLO no tiene a un López Obrador como opositor que le plante cara y a en quien la gente confíe. La oposición, por desgracia, no tiene líderes. Y por tanto, las tragedias de Ciudad Juárez y Playa del Carmen quedarán en el olvido y los funcionarios del Estado mexicano responsables saldrán airosos.
Columna de José Miguel Calderón en SDP Noticias
Foto Galo Cañas
clh