La sal ha sido una de las sustancias más importantes para todas las culturas, pues ha tenido un papel determinante su desarrollo por su uso como conservador y condimento natural para los alimentos.
Sin embargo, su utilización ancestral, ha llevado a que este mineral traspase a otros ámbitos culturales como lo ritual y lo sagrado.
En tiempos prehispánicos, la relevancia de este mineral sal quedó manifiesta en deidades como Huixtocíhuatl, diosa de la sal asociada también a la fertilidad; o por la abundancia del topónimo Ixtapan, que significa “sobre la sal”.
Aunque en un principio la sal se recolectaba, con el paso del tiempo y debido a la importancia que tomó como tributo y bien de prestigio, las sociedades prehispánicas elaboraron ingeniosos sistemas para su producción, muchas veces basados en dos procedimientos básicos: la evaporación y cocción de la salmuera.
En lugares como Zapotitlán Salinas, municipio del estado de Puebla enclavado en el valle de Tehuacán-Cuicatlán, subsiste la obtención de este mineral por medio salinas de tipo prehispánico, es decir, en piletas en las que se pone el agua salada bajo el sol para su evaporación y cristalización.
Foto: INAH
gse