Si la hipótesis es correcta, la exalcaldesa de Iztapalapa le debe al menos siete puntos a Morena. Claudia pone el piso morenista nacional en prácticamente la mitad de los electores, mientras que Brugada está claramente por debajo de ese umbral. Y no sólo eso, sino que, según la misma encuestadora, va en descenso.
Los números de Clara vs. Clara desde finales de 2023, según EL FINANCIERO, muestran que hace seis meses tuvo su mejor momento: 47% en noviembre, en enero 44% y en abril 42%. Claudia, en cambio, ha bajado menos: en diciembre 52%, ahora 49%.
Se puede dar el caso, por supuesto, que ciertos sectores chilangos estén cansados de tantas administraciones obradoristas en la capital. O de que, con su actuar como en la crisis del agua en Benito Juárez, la actual Jefatura de Gobierno estorbe tanto a Clara como a Claudia.
Pero ¿por qué el supuesto desgaste morenista en la CDMX no le pegaría tanto a Claudia y sí a Clara? Esa pregunta queda de tarea.
Es preciso también especular desde el ángulo de los adversarios que cada una de ellas enfrenta. ¿La pérdida de apoyos creciente y el déficit frente a los que concita Claudia, se debe a que Clara tiene en CDMX un candidato del PRIAN más competitivo?
Ello no terminaría de explicar por qué baja Clara, ni el aumento de los indecisos según la misma encuesta (pasaron de 11% en noviembre a 15% en abril): es decir, no todos las simpatías que abandonan a la candidata oficial las estaría capitalizando Santiago Taboada.
Por cierto, los indecisos a nivel nacional también subieron 5 puntos en abril, pero eso no parece impactar mucho la preferencia por Claudia.
Cuando finalmente se cueza el arroz, veremos si la pelea por la capital fue mejor de lo esperado para el oficialismo o peor de lo que creían. Y tendremos elementos para evaluar a Brugada y a Sheinbaum en la CDMX.
Por ahora, las encuestas de EL FINANCIERO hablan de campañas bien distintas. A ver si no le cuesta a Claudia.