Tetela de Ocampo.- Gracias a su legado histórico y cultural que se puede apreciar en los magníficos murales, Tetela de Ocampo es el más reciente Pueblo Mágico. Pero si deseas adéntrate a él, también disfrutará de una buena comida o puedes explorar las zonas boscosas.
Es así que su privilegiada ubicación garantiza espectaculares vistas desde su mirador. El recorrido por sus calles empinadas con viviendas encaladas te hará sentir que el tiempo se detuvo en ese lugar.
En Tetela de Ocampo vas a encontrar tejidos de lana, palitas y cucharas de madera, petates o morrales. Se encuentra a 151 kilómetros de la capital del estado de Puebla y a 221 kilómetros de la Ciudad de México.
Si quieres visitar este Pueblo Mágico desde la Ciudad de México, en la central de autobuses TAPO la línea Supra o Atha te transportan en un tiempo aproximado de viaje de cuatro horas, costo aproximado 370 pesos.
Pero si vas a salir de la ciudad de Puebla las unidades de las líneas Supra o Atha que salen de la CAPU, te transportan en un tiempo aproximado también de cuatro 4 horas, con un costo aproximando 280 pesos.
En automóvil conduce por la autopista México-Puebla y sigue la desviación a Tlaxcala. Pasando la ciudad de Tlaxcala, hay que conducir por la carretera federal 119 y cruzar Tlaxco. Un poco antes de llegar a Chignahuapan, estará la desviación a Tetela de Ocampo. Tiempo estimado de viaje: tres horas y media.
Desde el estado de Hidalgo conduce por la autopista Pachuca, por Tulancingo de Bravo, tomando Ahuazotepec, hasta Chignahuapan toma la desviación a Tetela de Ocampo, tiempo estimado de viaje 2 horas 15 minutos.
Atractivos
- Museo de los Tres Juanes
- Murales históricos
- Parroquia Santa María de la Asunción
- Casa Museo Posada Olayo
- Casa Museo Tlapalcalli
- Grutas Acocomoca
- Tatzálan
- Haz rapel en las Cascadas de Aconco
- Recorre senderos en bici, disfruta atardeceres y noches estrelladas
Si con algo enamora Tetela es con su gastronomía, quien la visita quedará prendido por esos sabores que salen de su tierra. Las gorditas de alverjón o los tamales de milpa acompañados de un café de olla se disfrutan a cualquier hora del día. Descubrir a qué sabe el tixmole, ese mole de olla que puede estar hecho con carne de res, pollo o cerdo. Y cuando no lleva verduras es porque tal vez contiene “chayotextle”, la raíz del chayote. Tampoco desmerecen las rosquitas, los ladrillos, las trenzas ni los imperiales, esos panecitos que endulzan cada momento. Como tampoco el paladar ignora los vinos artesanales hechos con hierbas de la región y frutas frescas.
Las montañas de Tetela regalan a los amantes de la naturaleza espectaculares vistas de verdes y de los volcanes emblemáticos: el Popocatépetl e Iztaccíhuatl. El amante del ciclismo de montaña tiene a placer diferentes veredas; el profesional encontrará pistas perfectamente marcadas, señalizadas y vigiladas.
El barrio de Altamira espera con bellas postales cubiertas de neblina; quien desee pasar una noche bajo las estrellas, este es un buen sitio para hacerlo. Aquí, la temperatura no importa ante la majestuosidad de su entorno natural.
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