Lo anterior lo podemos inferir al ver el comunicado que publicó Boeing sobre esta reciente adquisición:
“Al reintegrar Spirit, podemos alinear completamente nuestros sistemas de producción comercial, incluidos nuestros sistemas de gestión de calidad y seguridad, y nuestra fuerza laboral con las mismas prioridades, incentivos y resultados, centrados en la seguridad y la calidad. Creemos que este acuerdo es lo mejor para el público que vuela, nuestras aerolíneas clientes, los empleados de Spirit y Boeing, nuestros accionistas y el país en general”
BOEING
Con este movimiento la pregunta obligada es ¿y cómo queda la fabricante francesa Airbus? De nuevo la agencia Reuters nos arroja luz sobre este tema, y es que en efecto, Spirit debe compensar económicamente a Airbus, quien recibiría 559 millones, ya que en las fábricas de esta manufacturera se elaboran piezas y parte de los fuselajes de los aviones A350 y el A220; sí, este último que se vio envuelto en el escándalo del titanio falso.
Pero veamos lo que recaba la agencia Reuters: “Estas compensaciones quedarán formalizadas una vez concluya el proceso de adquisición y se reciban las aprobaciones regulatorias, algo que se espera para mediados de 2025. Además, Spirit venderá sus operaciones en Belfast (Irlanda del Norte), Prestwick (Escocia) y Subang (Malasia). Boeing ha contado con PJT Partners como asesor financiero principal, apoyado por Goldman Sachs, LLC y Consello como secundarios, y Sullivan & Cromwell como asesor externo.”
Todo esto se da en medio de las acusaciones por las que atraviesa Boeing, de las que hemos hablado largo y tendido en este mismo espacio. Tanto los diarios The Guardian y The New York Times informan que lo más probable es que el Departamento de Justicia de Estados Unidos llegue a un acuerdo con Boeing, a fin de evitar que la fabricante de aviones norteamericana vaya a juicio.
Recordemos que Boeing no solamente se dedica a la fabricación de aeronaves comerciales, sino que es muy importante dentro de la industria militar de los Estados Unidos de Norteamérica, por lo que no resulta nada extraño que desde el gobierno estén dando maromas y machincuepas con tal de salvarle el pellejo a la otrora joya de la corona en materia de aviación de ese país.
Al parecer dicho acuerdo versa sobre el pago de una multa a cargo de Boeing, aunado a que una entidad “externa” a la fabricante supervise el cumplimiento de todos y cada uno de los protocolos, reglamentos, estándares de seguridad y sobre la calidad de los materiales de fabricación de las aeronaves.
El abogado de los familiares de las víctimas de los dos fatales accidentes, Paul G. Cassell, afirmó mediante un comunicado que: “Las familias se opondrán enérgicamente a este acuerdo de culpabilidad. La memoria de 346 inocentes asesinados por Boeing exige más justicia que esto”.
Por lo pronto, con la nueva adquisición, por parte de Boeing, de Spirit AeroSystems, queda al descubierto que más que intentar hacer bien las cosas, es una forma desesperada por tapar los agujeros, barrer y esconder debajo de la alfombra todos y cada uno de sus errores.
Como ya lo saben seguiremos al pendiente del desarrollo de esta historia, que aún no termina, y tiene todavía muchos capítulos interesantes por ser escritos.