Hezbolá ha confirmado la muerte de su líder, Hassan Nasrallah, y ha prometido seguir su lucha contra Israel.
En un comunicado emitido por el grupo chiita libanés, describen a Nasrallah como “el justo siervo” que ha partido para encontrarse con su Creador. Este anuncio marca un momento crítico en la región, especialmente para el movimiento respaldado por Irán, que enfrenta un futuro incierto sin su líder emblemático.
El ataque aéreo israelí que resultó en la muerte de Nasrallah tuvo como objetivo el cuartel general subterráneo de Hezbolá en el suburbio de Dahieh, en Beirut.
Según el ejército israelí, el operativo, llevado a cabo tras una preparación exhaustiva, destruyó seis edificios y eliminó a varios altos mandos del grupo.
Israel ha subrayado que el ataque fue preciso y que tienen más capacidades para futuras acciones. "Podemos alcanzar a cualquiera que amenace a nuestros ciudadanos", aseguró el teniente general Halevi.
Horas antes de la confirmación por parte de Hezbolá, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) ya habían anunciado la eliminación de Nasrallah en un comunicado en la red social X, en el que indicaban que el líder ya no representaría una amenaza para el mundo.
Esta operación supone un golpe estratégico significativo para Israel, que ha estado planeando una acción de este tipo desde la guerra de 2006.