El Consejo de la Comunicación en colaboración con la Fundación Gonzalo Río Arronte, llevó a cabo en Aztlán Parque Urbano el lanzamiento de la séptima fase de la campaña “No Está Chido”, la cual tiene como objetivo evitar el consumo de alcohol y tabaco en niñas, niños y adolescentes.
Durante el evento, María Elena Medina Mora, directora de la Facultad de Psicología de la UNAM, presentó los resultados del estudio titulado "Alcohol y tabaco: Efectos en el desarrollo biológico y emocional en las niñas y niños".
Medina Mora comentó: “Al introducir drogas y alcohol en un cerebro en desarrollo, las consecuencias pueden ser profundas y a largo plazo como: el riesgo en la toma de decisiones, desarrollo tardío en el área de la evaluación de situaciones, así como el control de deseos y emociones”.
Las adversidades y dificultades por las que pasan los adolescentes son un factor importante para acercarse a las sustancias y sentir que éstas pueden ser de ayuda. Según la encuesta probabilística polietápica a adolescentes de 12 a 17 años residentes en la Ciudad de México: el 68% de los adolescentes habían experimentado al menos un tipo de adversidad y 7% cuatro o más. La más frecuente fue económica seguido por ser testigo de violencia doméstica.
La poca o nula comunicación familiar es también uno de los factores que aumenta los riesgos de que las y los menores consuman estas sustancias.
La séptima fase de la campaña "No Está Chido" quiere mostrar que los cuidadores y círculo cercano son influenciadores positivos y un ejemplo a seguir para las y los menores de edad. Se busca motivar a padres y madres de familia, hermanos, abuelos, así como a las y los maestros a ser ejemplo para las niñas, niños y adolescentes y les motiven a descubrir actividades positivas que les alejen del consumo de alcohol y tabaco, les ayuden a resistir la presión de otros compañeros y a que fortalezcan la relación con ellos.
De acuerdo con el estudio “Percepciones y conductas de consumo en torno al tabaco y alcohol” realizado anualmente por ITZAM, en 5 años la campaña ha logrado que el porcentaje de padres que consideran que una buena convivencia con los hijos tiene como ventaja evitar que consuman bebidas alcohólicas y fumen, se incremente en más de 20%. Cada vez más niñas y niños platican con sus cuidadores, escaló del 34% al 56%; Asimismo, más del 80% de las y los menores consideran que es muy importante practicar deporte para evitar caer en el consumo de alcohol y tabaco.
Por otro lado, la curiosidad por consumir alcohol bajó de 84 a 60%. La de consumir tabaco se redujo de 98 a 55%.
Durante esta fase continuarán reforzando los beneficios de la comunicación y convivencia familiar, a través de una estrategia de comunicación y acciones sustentadas en 4 pilares para la prevención de consumo de alcohol y tabaco en menores de edad que son: Comunicación y Unión Familiar, Fomentando Actividades Culturales y Artísticas, Fomentando la Actividad Física y el Deporte, así como el Conocimiento.
Se indicó que el ejemplo de los padres de familia sobre el consumo de alcohol y tabaco es un elemento fundamental para la prevención, así como involucrarse con sus amistades; mantener rutinas de comunicación sobre diversos temas; y fomentar la participación de las y los menores en actividades positivas y saludables que los alejen del consumo de estas substancias.
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Foto: especial
gse