El gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, desmintió las acusaciones de que está siendo investigado por la Fiscalía General de la República (FGR) en relación con el secuestro de Ismael ‘El Mayo’ Zambada.
En su conferencia semanal, el mandatario rechazó las afirmaciones, calificándolas como parte de una campaña de desprestigio en su contra.
Rocha Moya afirmó con firmeza que no teme a las investigaciones y que su enfoque siempre ha sido servir a la sociedad. "No soy un delincuente, y aunque enfrento desafíos, estoy aquí para luchar", declaró.
La polémica surge a raíz de un reportaje de Proceso que sugiere que el gobernador tiene vínculos con el crimen organizado, especialmente con “Los Chapitos”. Según este informe, el Centro Nacional de Inteligencia y otros organismos de seguridad están monitoreando a Rocha Moya por instrucciones de altos funcionarios, incluyendo al expresidente Andrés Manuel López Obrador y a la actual presidenta, Claudia Sheinbaum.
Además, se menciona que la vigilancia también se extiende a su hijo, José Rocha Ruiz, y a José Carlos Cárdenas Mellado, actual director del Servicio de Administración Tributaria de Sinaloa (SATES).
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