“Esta gente es una polilla para sí misma y para los demás; pero hay que sufrirla, como sufre cualquier viajero el estorbo de una montaña. Si ésta no existiera, el camino, indudablemente sería más fácil pero también más corto.”
GOETHE
La reforma judicial es para México una tragedia y para Claudia Sheinbaum un gran dolor de cabeza. Muchos dolores de cabeza, de hecho. Una reforma con errores de concepción, redacción e implementación. Desde la desaparición de las dos salas de la SCJN, pasando por el proceso comicial para determinar próximos jueces, hasta la invención de un tribunal de disciplina judicial (o de la Santa Inquisición).
Pero, además de ello, en fechas recientes la abierta campaña de Lenia Batres para dirigir la Suprema Corte (por momentos también las campañas de Yasmín Esquivel y de Loretta Ortiz).
La impartición de justicia puede esperar... ¿O no la misma ‘ministra del pueblo’ justificó su bajísima productividad diciendo que transita por una curva de aprendizaje? Sí, quien se candidatea para ser presidenta de esa rama del Estado no presentó ni un solo proyecto de sentencia durante el periodo comprendido entre enero y julio de este año. Falta por conocer las cifras correspondientes al segundo semestre del año. ¿Ya habrá aprendido?
No sorprende que sus intenciones —secundadas por las de hermano, el ex jefe de gobierno de la CDMX— han generado mucha animadversión. Ello en diversos círculos; tanto de judiciales como de litigantes. De críticos, pero también entre el oficialismo. Se coquetea con permitir que la ignorancia sea la que reine en donde se requiere conocimiento, experiencia e independencia política.
Con las credenciales que posee, ¿quién puede pensar que Lenia aspire a ser la presidenta de la próxima SCJN? ¿Quieren conocer mi lectura? Aquí les va:
Estamos ante el típico dejar correr la posibilidad para generar un sonoro rechazo, lo que facilitaría bajarla de la contienda a mediano plazo. Columnistas y diversos funcionarios —a sabiendas o no— dejan correr el bulo. Mientras, la presidenta Sheinbaum analiza cómo los hermanos Batres despliegan sus acciones, dan fe de que el nepotismo cambió de bando (de la oposición a la 4t), a la vez que descuidan sus responsabilidades y compromisos para con ella y el claudismo. Claudia no apoya a Lenia.
Los Batres, con su operación para dominar la corte, perjudican a Sheinbaum, además de vestir de favoritismo político lo que debía ser un proceso de… deliberación democrática (las palabras que ha usado la primer mandataria).
No es la primera vez que Martí Batres se salta las trancas en detrimento de Claudia Sheinbaum. Error de él impulsar a su hermana como presidenta de la SCJN; (1) la 4t exhibe el influyentismo que habita en el Movimiento, (2) marca diferencias entre morenistas (distinto el trato que se le dio a la hermana de Luisa María Alcalde en la contienda para fiscal de la Ciudad de México para no ir más lejos), (3) hace evidente que el nuevo director del ISSSTE no está pendiente ni entregado al 100% a su nueva responsabilidad en el gabinete de Sheinbaum Pardo.
¿Qué opina a presidenta con A de quiénes descuidan sus responsabilidades? ¿De quiénes fomentan el nepotismo y debilita la unidad en Morena? ¿Ya olvidó Sheinbaum las traiciones que le hizo Marti siendo ella jefa de gobierno de la CDMX y luego cuando él se quedó a cargo del gobierno de la capital?
No. Y me atrevo a decir que ni Lenia ni las otras dos juristas, Esquivel Mossa y Ortiz Alf, son candidatas de Claudia Sheinbaum.
En este gran entuerto, ojalá que ningún advenedizo, ignorante o impuesto, sea por el oficialismo o por el crimen organizado, llegue a ocupar el cargo de presidente del tribunal supremo. Aunque es, estimo, ya es pedir demasiado.
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Columna de Verónica Malo en SDP Noticias
Foto Cuartoscuro
clh