México.- Después de que se detectó un brote de Infección del Torrente Sanguíneo (ITS), causado por la bacteria Klebsiella oxytoca, en hospitales del Estado de México, la Secretaría de Salud (SSA) declaró una alerta epidemiológica el tres de diciembre.
Ante este escenario, se solicitó a las unidades médicas tanto públicas como privadas en todo el país, que al detectar un posible caso realicen una notificación inmediata al equipo de la Red Hospitalaria de Vigilancia Epidemiológica (RHOVE), así como a las autoridades correspondientes.
Al conocer este suceso, la población mexicana inmediatamente se puso en alerta, pero la Dra. Rosa María Wong, Jefa de la subdivisión de Investigación Clínica de la Facultad de Medicina de la UNAM, pidió tranquilidad ya que el brote está confinado a un estado y no hay, de momento, señales de que se haya diseminado más allá del Estado de México.
La Dra. Wong explicó que en nuestro intestino hay una gran cantidad de bacterias que se dividen en grampositivas o gramnegativas. Klebsiella oxytoca pertenece al grupo de gram-negativas y en nuestro intestino es un comensal únicamente, “usualmente no causa enfermedad, solo en ciertas condiciones”.
Con base en lo anterior, la población vulnerable a esta bacteria son las personas con sistemas inmunitarios debilitados, personas con estancia en cuidados intensivos, hospitales, adultos mayores, personas con padecimientos pulmonares crónicos y recién nacidos, que en este brote fueron los principales afectados.
De acuerdo con la SSA, en los 15 casos confirmados hasta ahora la fuente de contaminación se debió a soluciones de nutrición parenteral contaminadas que, al ser administradas a pacientes vulnerables, en este caso bebés, desencadenaron infecciones severas, debido a que esta cepa de Klebsiella oxytoca es resistente a varios grupos de antibióticos y puede causar infecciones más graves.
La Klebsiella oxytoca puede causar infecciones en el tracto urinario (especialmente aquellos con sondas urinarias), intraabdominales, en el sistema nervioso central, en heridas quirúrgicas, en el torrente sanguíneo y neumonía. En casos más severos, los pacientes desarrollan choque séptico y fallo multiorgánico.
Debido a estos escenarios es necesario la detección temprana y tratamiento dirigido, por tanto, la experta de la Facultad de Medicina indicó que ante la sospecha de infecciones asociadas a la atención a la salud es necesario tomar cultivos que permitan identificar el patógeno y adaptar la terapia según los resultados del antibiograma.
Prevenir y controlar
Aunque actualmente el brote únicamente se ha presentado en hospitales del Estado de México, la Secretaría de Salud y la experta de la Facultad de Medicina dan las siguientes recomendaciones para prevenir nuevos casos.
- Notificación inmediata de casos sospechosos: Todo paciente que cumpla con la definición operativa debe ser reportado a las autoridades de vigilancia epidemiológica de manera urgente.
- Refuerzo en la higiene hospitalaria: La colocación y manejo de catéteres intravasculares deben realizarse bajo condiciones estériles estrictas, utilizando barreras (guantes, mascarillas, batas y campos estériles), lavado de manos.
- Capacitación constante del personal médico: Se deben actualizar las prácticas en prevención de infecciones intrahospitalarias.
- Auditorías y supervisión continua: Las unidades médicas deben monitorear de manera activa sus protocolos y los resultados de sus pacientes para identificar y resolver cualquier fallo en las prácticas de atención.
Asimismo, se comunicó que la COFEPRIS está realizando investigaciones de trazabilidad sobre insumos probablemente contaminados.
“El control de este tipo de brotes depende no solo de la intervención médica, sino también de la prevención. Fortalecer las prácticas de higiene hospitalaria y garantizar que los insumos médicos cumplan con los estándares de calidad es fundamental para evitar situaciones similares en el futuro”, concluyó.
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