El gobernador electo de Puebla, Alejandro Armenta Mier, presentó una carta ética que, inspirada en los principios de la Cuarta Transformación, guiará su administración.
La carta asume valores como honestidad, transparencia y servicio al pueblo.
Aquí la reproducimos de forma íntegra:
“Puebla es un territorio de grandeza, historia y cultura. Es un pueblo noble y trabajador que ha depositado en nosotros su confianza.
Las y los servidores públicos deben servirle al pueblo con lealtad, compromiso y honor. Gobernar esta tierra nos exige capacidad, conocimiento y amor a Puebla. Además, la convicción de actuar con rectitud y transparencia en todo momento.
La gente de Puebla merece un gobierno honesto y firme en los valores del humanismo mexicano. El legado de quienes lucharon por nuestra soberanía y nuestras instituciones nos obliga a trabajar con dedicación, asegurándonos de que cada peso del erario, cada decisión de gobierno y cada proyecto emprendido se enfoque en el bienestar colectivo. Nuestro deber es preservar la confianza de las y los poblanos con un buen gobierno, austero y republicano.
Hoy, más que nunca, debemos recordar que la fortaleza de un gobierno radica en su capacidad para atender las necesidades de la gente y en su integridad para actuar con justicia.
En Puebla no hay cabida para las viejas prácticas de corrupción, influyentisimo o negligencia. Ser servidor público en esta administración significa responder con resultados, atender a la gente con cercanía y sensibilidad, y hacer un uso honesto de los recursos públicos. Los recursos públicos son del pueblo. Nuestra responsabilidad es cuidarlos e invertirlos con probidad.
Este gobierno tiene como prioridad a la gente, especialmente quienes más necesitan del apoyo del Estado. Nuestro trabajo debe reflejar los principios que hacen de Puebla una tierra de derechos y para el logro de nuestros sueños: la rectitud, el esfuerzo honesto, la solidaridad y la sororidad.
Cada decisión tomada y cada proyecto emprendido se debe enfocar en el bienestar colectivo. Nuestro deber es preservar la confianza de las y los poblanos honrando nuestra vocación de servicio.
Nunca olvidemos que representamos a una Puebla que piensa en grande, una Puebla que se levanta cada día con esperanza y trabajo arduo. En nuestra labor, la congruencia es fundamental. Ser servidor público en Puebla es un privilegio que exige humildad, dedicación, amabilidad y un compromiso permanente con el bienestar del pueblo.
Quiero ser claro: cualquier acto contrario a los valores éticos de este gobierno será sancionado con firmeza. No podemos permitir que intereses personales, negligencias o desvíos de recursos empañen el esfuerzo que realizamos para construir una Puebla digna y con prosperidad compartida para las y los poblanos.
Puebla nos demanda entrega total. Les instruyo que ningún miembro de este gobierno, en ninguna circunstancia, permita gestiones o acciones que utilicen el nombre de este gobierno para fines personales o ajenos al interés colectivo. Nuestra responsabilidad es con el pueblo. Nunca debemos traicionar esa confianza.
Servir a Puebla es un honor que exige de nosotros ceñiros a la ética pública. Que cada acción que realicemos sea motivo de orgullo para nuestras familias y para quienes eligieron este proyecto de gobierno. Las y los convoco a que Puebla sea un ejemplo nacional de integridad, trabajo y transformación.
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Foto: Especial
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