En Japón, la Navidad no se celebra con pavo ni romeritos como en México, sino con algo tan peculiar como el pollo frito de KFC.
Aunque parece extraño desde una perspectiva mexicana, esta tradición tiene una historia detrás que la convierte en una costumbre entrañable para miles de familias japonesas.
La magia del pollo frito en Navidad
La cadena de comida rápida KFC se ha ganado un lugar privilegiado en las mesas navideñas de Japón. Según medios como CNN, los japoneses comienzan a reservar su "barril de fiesta" semanas antes de la Navidad para evitar quedar fuera de esta peculiar celebración.
Durante estos días, la demanda del pollo frito se dispara entre cinco y diez veces más que en un día normal, lo que genera largas filas frente a los restaurantes de KFC. Muchos comensales no dudan en hacer la reservación con antelación, ya que, si no lo hacen, podrían encontrarse con horas de espera para disfrutar de su "festín navideño".
En palabras de Naomi, una residente de Hokkaido, “A medida que se acerca la Navidad, los comerciales de KFC comienzan a salir al aire en televisión. Se ven tan deliciosos que los ordenamos temprano y luego vamos a la tienda para recoger nuestra cubeta de pollo”.
Esta costumbre no es exclusiva de una ciudad o región: en todo Japón, el pollo frito de KFC se ha convertido en un platillo obligado durante la Navidad.
¿Cómo nació esta tradición?
Aunque en Japón menos del 1% de la población se identifica como cristiana, la Navidad ha sido adoptada en gran parte del país como una festividad secular.
En la década de 1970, Japón no tenía muchas tradiciones para celebrar la Navidad, lo que abrió un espacio para que las marcas internacionales impusieran sus propias costumbres. Fue en 1974 cuando KFC lanzó su famosa campaña de marketing “Kentucky en Navidad”, que hizo del pollo frito una opción atractiva para las cenas navideñas.
Lo que muchos no saben es que, en sus inicios, la cadena comercializó el pollo frito como un platillo típico estadounidense para Navidad, con el fin de aumentar sus ventas.
Aunque la campaña fue un éxito rotundo, el concepto se afianzó aún más cuando un cliente extranjero pidió que le sirvieran su pollo frito con un disfraz de Santa Claus, lo que le dio un giro completamente festivo.
¿Un platillo tradicional japonés?
Lo curioso es que, aunque el pollo frito de KFC no es parte de las costumbres navideñas tradicionales japonesas, se puede decir que tiene ciertos paralelismos con la gastronomía local.
El pollo frito de KFC recuerda al karaage, un platillo japonés que consiste en pequeños trozos de pollo empanizados y fritos en aceite. Este tipo de preparaciones ya son populares en la cultura culinaria japonesa, por lo que el sabor y la textura del pollo frito de KFC encajaron fácilmente con las preferencias locales.
Para muchas familias japonesas, la cena de Navidad no es solo una ocasión para disfrutar de comida rica, sino también un momento para compartir. “Compartir comida es una práctica social muy importante en Japón.
Por eso, una cubeta de pollo frito de KFC tiene un sabor familiar y satisface este deseo de comer juntos”, señala Shuho Inazumi, un bibliotecario japonés, en una entrevista con CNN.
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xmh