Aprovecho la intervención que Ada Salazar, secretaria general de la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación de México (ASSA) tuvo en el foro de “Economía Moral y Trabajo” dentro del Plan de Desarrollo 2025-2030, el pasado 15 de enero, para que hablemos de los conflictos colectivos de naturaleza económica.
Y voy a dar un pequeño contexto antes de entrar de lleno a la materia. La figura el “Conflicto Colectivo de Naturaleza Económica” (CCNE) se encuentra enmarcada en la Ley Federal del Trabajo, y es el mecanismo por el cual los patrones se “defienden” de los trabajadores.
En realidad este proceso ha sido utilizado muy pocas veces. Las últimas ocasiones fue usado por la administración de Gastón Azcárraga, quien fuera dueño de Nuevo Grupo Aeronáutico (NGA) que entre sus empresas manejó a Mexicana de Aviación.
En el lejanísimo 2007, Gastón tuvo la exitosa idea de recurrir a este procedimiento para que fuera legal recortar gastos en la empresa, pues planteó que los salarios y prestaciones de los sobrecargos iban a hacer quebrar la aerolínea.
Su argumento, evidentemente resultó falso. La Suprema Corte de Justicia de Nación (SCJN) tuvo que atraer el caso para -tramitado el asunto- darnos la razón a los sobrecargos.
Quedó muy claro, y así lo dijo con todas sus letras el máximo tribunal del país: ni los salarios ni las prestaciones de los sobrecargos pusieron, en riesgo, en momento alguno, las finanzas de la aerolínea.
Sin embargo, esa verdad jurídica llegó “tarde” para el caso de Mexicana de Aviación. El interregno de indefinición fue aprovechado Aeroméxico, que tuvo oportunidad de utilizar este recurso para “sentar a negociar” a los sobrecargos de la ASSA de México. Lo hizo en 2009 después de la pandemia de AH1N1 y posteriormente en 2013, hasta llegar al 2014, donde logró un contrato nuevo con los sobrecargos, el famoso llamado CCT “B”.
A este tema me he referido en muchas ocasiones. Hoy no voy a entretenerme mucho en ellos. Sin embargo, sí me parece importante resaltar lo dicho por mí secretaria general en ese foro.
No es ataque, cualquier persona que vea el video del evento se dará cuenta que la oratoria es algo que “no se le da”; ella cree que utilizando palabras rimbombantes y frases hechas logra un discurso que permea en el público presente, pero no es así.
Primero porque la gente común desconoce la historia que los CCNE han jugado dentro de ASSA de México, y segundo porque de verdad, estoy más que segura que quien haya escuchado los 3 minutos y 26 segundos que duró su intervención, no le entendieron absolutamente nada.
Lo que en realidad ella quiso decir, o preguntar (nunca quedó claro) fue que si dentro del actual Plan de Desarrollo el gobierno tiene contemplado que el mecanismo de conflicto colectivo de naturaleza económica no sea utilizado “a contentillo” por parte de la parte patronal, pues en el caso de los sobrecargos de ASSA, ese juicio se ha vuelto en una herramienta que Aeroméxico utiliza para negociar con dados cargados, es decir, con ventaja frente al sindicato de sobrecargos.
En buen español, lo que infructuosamente trató de decir, era que la aerolínea utiliza este proceso enmarcado en la ley solo para sacar ventaja a su favor. Un intento fútil y estéril, porque desde mi punto de vista, aquí más bien habría que cuestionar el papel de la ASSA de México, que en los últimos años ha dejado mucho que desear.
Seamos sinceros, al final la empresa hace su trabajo, y hace uso de los recursos legales que están a su disposición. En cambio el sindicato no; no tiene claro cuál es su misión dentro del tablero; a veces juega como si fuera parte de la empresa, y en otras trata de ser un personaje aguerrido, pero esa inconsistencia tiene un resultado garantizado: fallar rotundamente.
En este foro, ASSA de México intentó a través de su secretaria general hacer este “llamamiento” a las autoridades laborales del país.
Como ciudadana, como mujer y como agremiada a ese sindicato tengo que ser clara, y decir que me parece más bien “tibia” la forma en que quiere “exigir” la defensa de los derechos de sus agremiados. Su intervención se parece más a un intento de, cual Poncio Pilatos, lavarse las manos ante sus agremiados.
No tengo duda, ella dirá que ya le planteó a los altos mandos del país la problemática que se deriva del proceso del CCNE, y que teme que otras industrias terminen usando contra sus trabajadores este mecanismo.
Pero no se da cuenta de que en ASSA de México, ante este tipo de procedimientos, lo que ha faltado es trabajo sindical. ¿Cómo vas a enfrentarte a una aerolínea cuando el sobrecargo de a pie no distingue entre empresa y sindicato?
Las cosas como son: como entidad sindical han fallado terriblemente en aglutinar al gremio y hacerlo sentir orgulloso de pertenecer a él. ASSA ha caído en el error de hacer sentir a sus agremiados que nada más es un mero requisito para poder laborar en la aerolínea.
En verdad, me hubiese gustado que el mensaje a las autoridades laborales del país hubiese sido claro, pues finalmente lo que no se alcanzó a expresar es lo deseable, que los empresarios dejen de utilizar al CCNE como un arma de amedrentamiento en contra de los trabajadores, y que permitan un suelo parejo en toda negociación entre la patronal y el sindicato.
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Columna de Ximena Garmendia en SDP Noticias
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