Investigadores de Vulcanología del Instituto de Geofísica y del Centro de Geociencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), externaron su preocupación porque el mapa de peligros del volcán Popocatépetl ha sido alterado y difundido en un folleto de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) elaborado como material informativo sobre el proyecto del Gasoducto Morelos.
El documento titulado “Proyecto Gasoducto Tlaxcala-Morelos-Puebla” circula en las poblaciones y municipios ubicado sobre las zonas afectadas por el plan energético, por lo que los especialistas solicitaron la difusión de una nueva publicación corregida y se revalúe el riesgo volcánico.
La primera queja fue realizada a finales del año 2012, cuando los académicos condenaron las “modificaciones” del plano original y la eliminación de las zonas de máximo riesgo en la zona volcánica. En respuesta la CFE se comprometió a sustituir el folleto de manera inmediata, pero sin cambiarlo a quienes ya contaban con el anterior.
Para los expertos, la inquietud de la información desvirtuada, continúa. “Aunque quedó claramente establecida la ausencia de mala intención del uso del mapa modificado y se ofreció una disculpa por parte de la CFE, creemos que dado que el documento ya fue distribuido entre la población, es importante para los firmantes que la CFE tenga a bien expedir un documento donde se aclare que el mapa incluido en el folleto no es el publicado por los académicos de la UNAM”, refiere una carta enviada nuevamente a la paraestatal.
En una misiva, los académicos le reiteran a la CFE que no es prudente minimizar los peligros que del volcán pudieran emanar. “En todo caso, recomendaríamos que el énfasis debiera hacerse en las medidas preventivas y mitigación del riesgo”, aducen.
Los investigadores insisten en que siguen siendo materia de preocupación algunos aspectos del tratamiento que se han dado a las estimaciones del riesgo volcánico, por el proyecto que involucra a la gasera.
“El gasoducto atraviesa un número considerable de cauces, cuencas y barrancas que se originan en las partes altas del volcán Popocatépetl, y representan los segmentos más vulnerables de la obra, por lo que deben ser cuidadosamente re-evaluados”.
El pasado noviembre, Geofísica de la UNAM, señaló que en el folleto en el que participan las empresas Enagas y Elecnor se eliminaron las posibles trayectorias de flujos piroclásticos y flujos de lodo en el caso de una erupción del Popocatépetl.
Las zonas que en los mapas originales se resaltan con “achurrados” y colores contrastantes se han removido en el mapa que circula en las comunidades. Tales zonas representan el sistema de cauces, cuencas y barrancas que se originan en las partes altas del volcán Popocatépetl por donde el efecto de la canalización sumando al de la energía potencial derivada de la gran altitud del volcán pueden incrementar en algún grado los flujos de ceniza caliente (piroclásticos) y de los flujos de lodo, aún en el caso de erupciones moderadas.
Riesgos volcánicos
En el estudio presentado, se citan casos del Nevado de Ruíz en Colombia, donde el efecto de canalización condujo un flujo de lodo que arrasó la ciudad de Armero, a 50 kilómetros del volcán.
Se explica que el flujo de lodo fue generado por una erupción moderada con índice de Explosividad Volcánica 3, comparable a la registrada en el Popocatépetl en diciembre del 2000 y enero 2001.
Incluso señalan que los flujos de lado pueden ocurrir en este tipo de cauces, aún en ausencia de actividad eruptiva reciente, por efecto de lluvias intensas y removilización de depósitos de productos volcánicos antiguos, como ejemplo se menciona la ruptura y explosión de un producto de hidrocarburos, cuyas consecuencias fueron catastróficas para la población de Balastrera al pie del volcán Pico de Orizaba, donde hubo pérdida de vida humanas y miles de lesionados.
La afectación más grave, sin embargo, estuvo relacionada con la ruptura de un poliducto hidrocarburos cuyas consecuencias fueron catastróficas, especialmente en Balastrera donde la explosión de gas causó muertes y números afectados de gravedad.
Los materiales que aportaron la mayor parte de los sedimentos mezclados con el agua se derivaron de depósitos piroclásticos y epiclásticos ubicados en las zonas altas e intermedias de los flancos de los volcanes Pico de Orizaba y Sierra Negra.
El reporte explica que esos depósitos constituyen una fuente potencial e importante para la generación de flujos de desechos de naturaleza similar o incluso mayores al que ocurrió entonces.
Los investigadores citan que en aquella ocasión la Dirección de Seguridad y Medio Ambiente de Petróleos Mexicanos reportó que los daños a Pemex fueron importantes: “…se socavó de manera impresionante dos cruces en el río Chiquito en nuestro sistema de ductos, se hizo un socavón, un cañón de casi 30 metros de ancho y de 15 a 20 metros de profundidad, eso arranó un oleoducto y gasoducto..” citan académicos que alertan situaciones similares pueden presentarse en volcanes de gran altitud como el Popocatépetl.
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