Un total de 52 obras fueron realizadas durante el 2013 con dinero del Fondo de Infraestructura Social Municipal (FISM) en Chignahuapan a pesar de que no estaban destinadas a gente en condiciones de rezago social y pobreza extrema, lo que podría haber ocasionado un daño a la hacienda pública por 37 millones 605 mil pesos.
Los datos contenidos en la auditoría financiera y de cumplimiento hecha por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) arrojan dos pliegos de observaciones, el primero por 26 millones 667 mil 84 pesos gastados en 38 proyectos durante el último año de gobierno de Mario Luis Olvera Cortés.
Aunque el FISM es claro sobre las obras que se pueden hacer con sus recursos (agua potable, alcantarillado, drenaje y letrinas, electricidad rural y de colonias pobres, caminos rurales, urbanización municipal, etc), la comuna utilizó el dinero en bacheo con concreto hidráulico, suministro de material para escuelas, construcción de jagüeyes, acarreo de materiales, creación de topes, renta de maquinaría y pago de proyectos y estudios de mecánicas de suelo.
El segundo pliego de observaciones se refiere a 14 obras donde se invirtieron 10 millones 938 mil 616 pesos del FISM, ninguna de ellas en comunidades con rezago social o en extrema pobreza.
De acuerdo con el documento de la ASF, se trató de la ampliación de red de agua potable en el bulevar Roseville, construcción de banquetas y guarniciones, pavimentación de calles y bacheo superficial con asfalto en distintas partes de la ciudad.
En su conclusión, la Auditoría Superior de la Federación confirmó que las autoridades municipales de Chignahuapan no realizaron una gestión eficiente y transparente de los recursos del FISM, lo que contravino la normativa que regula su ejercicio.
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